El Opus Dei debería ser orden religiosa

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Por Luwur, 9/08/2013


Creo que los problemas del Opus Dei se solucionarían si el Opus Dei pasase a ser una orden religiosa para claridad de todos, especialmente la figura de los numerarios.

Intuyo que los problemas y controversias que genera el Opus Dei se deben a su poca claridad en cuanto a la definición de la figura del numerario. Los supernumerarios no los trataré en este momento, pues no son el principal problema...

En mis últimos días como numerario, empecé a buscar con la escasa bibliografía que hay en mi país en concreto, la figura de los laicos-célibes-no religiosos (los frailes son célibes-religiosos-no laicos-no sacerdotes) en el sentido estricto en la Iglesia. Resulta que prácticamente dicha figura es desconocida en la historia de la Iglesia. Únicamente existían las vírgenes consagradas que no vivían en comunidad, sino en sus casas de habitación, consagrando a Dios la virginidad, por la virginidad pura, sin dedicarse a fines específicos. Lógicamente, y como consecuencia natural, dichas vírgenes consagradas dedicaban sus esfuerzos a obras de caridad. Dicha práctica de la virginidad no era desconocida para el judaísmo, aunque no era práctica extendida. Respecto a varones célibes-laicos-no religiosos- prácticamente no hay antecedentes.

¿Por qué digo que el problema se solucionaría con que el Opus Dei pasase a ser una orden religiosa? Muy fácil: el hombre consagrado a Dios sabe que no pertenece al mundo “ordinario” y se dedica única y exclusivamente a aquellos fines para los que consagró su vida: puede ser desde la contemplación en un monasterio, o atendiendo actividades caritativas: educación, hospitales, enfermos, entre otros. A nadie le extrañaría que, teniendo un hermano fraile, éste no acudiese a la fiesta de la boda de una hermana, pues se da por sentado que no es su “ambiente”. El problema radica cuando un abogado o doctor o empresario numerario, que NO está consagrado, sino que se dedica a oficios de su profesión, NO acuda a un evento social o tenga que cumplir con unos horarios de convento. La respuesta para acallar cualquier duda mental radica en la famosa “visión sobrenatural”. Mi pregunta siempre fue: Cual es la famosa visión sobrenatural? Es en este punto donde la definición de numerario crea problemas: simplemente el fiel numerario no sabe ni para qué consagró su vida, ni los fines hacia los cuales debe tender. Pero tiene que ser el mejor estudiante o profesional, el más piadoso, el que más amigos tiene y de paso, como si nada, ser contemplativo en medio del mundo! Pequeña misión para el superhumano! Fíjate que las órdenes religiosas tiene hasta esa distinción: los monjes que se dedican a una sola actividad: contemplar a Dios en sus monasterios y los religiosos de vida activa. Pero al ser numerario, tienes que ser todo! Y eso, en mi opinión, es desconocer los límites de la naturaleza humana. Y lastimosamente, se obtiene el resultado contrario: cuántos exnumerarios han abandonado el camino emprendido por esta confusión? No hubiera sido mejor decirles directamente: te dedicas a los hospitales, o a la educación? El intento de abarcar la mayor cantidad de personas no siempre es el mejor enfoque!

Obviamente la respuesta institucional será que el numerario dedica su vida -nunca consagró su vida- para hacer apostolado de amistad y confidencia, ser santo en medio del mundo y de paso, hacer proselitismo.

Puedo apostar que alguien contestará: ahí tienes a don Álvaro como ejemplo de numerario! Y te contestaré: resulta extraño que los únicos dos santos que tiene el Opus Dei hayan pertenecido al orden episcopal y presbiteral, quienes dedicaron casi 50 años de sus vidas a ser sacerdotes. A pesar de las numerosas causas de canonización incoadas, aún no tienen santos que se entiendan como “en medio del mundo”. Ni Montse ni Isidoro han caminado…. Así que, siguiendo la lógica de la proposición de los santos como modelo de vida, el Opus Dei lo único que me dice es que si sigues el camino del Opus Dei tienes que ser sacerdote para llegar a los altares… Esperamos con ansia la canonización de un profesor de religión de los colegios del OD.

La novedad del Opus Dei no estuvo en las prácticas de apostolado ni en la doctrina, sino en la forma de desarrollar esas prácticas: simplemente la clase de doctrina ya no la da un fraile con hábito, sino un profesional-célibe que vive en una comunidad con otros de su categoría.

Cuando uno pita se le dice que estará en medio del mundo como cualquier cristiano, y después resulta que tienes que estar preocupado haciendo planos inclinados, listas de pitables, dar doctrina y dirigiendo almas, situaciones que en todo caso, merecen una consagración completa. Y esto no lo inventé yo, ya el Señor lo dejó en la estructura de la Iglesia con papeles bien claros: los pastores de los fieles y los fieles. Jamás dijo que todos somos oveja y pastor, así que zapatero a tus zapatos. Y si uno quiere acercar almas a Dios y pegar el fuego del amor de Dios en todo el mundo, ve y dedícate con todo tu esfuerzo y tiempo a ello! La Iglesia lo ha hecho así durante 19 siglos y le ha funcionado! Pero no se debe confundar hacer normas de piedad todos los días con santidad. Ahí tienemos a Marcial Maciel de ejemplo de cumplimiento de normas de piedad. El listado de amigos en trato, pitables y cuestiones parecidas que tanto gustan en ciertas prelaturas, suenan más a efectividad empresarial capitalista y no a Amor de Dios. Los listados de clientes frecuentes y clientes asiduos que contienen nombres de personas a quien llegar, están perfectamente justificados en un departamento de ventas de cualquier persona. Pero esos listados pertenecen a su esfera correcta: obtener lucro.

Recuerdo que en un escrito de esta web detallaban un listado de prácticas conventuales que el Opus Dei asume, solo que cambiándoles nombres:

Silencio Mayor: tiempo de la noche
Silencio Menor: tiempo de la tarde
Espiritualidad: espíritu del Opus Dei
Votos: compromisos de hombre cristiano
Noviciado: centro de estudios
Misa conventual: misa de la “casa”
Celo apostólico: afán proselitista

En fin, como dije al principio, al Opus Dei le convendría más ser una orden religiosa como los jesuitas, y tener su asociación de fieles casados alrededor que “capten” por amor al reino de los cielos, los diferentes laicos que formarán hogares cristianos donde saldrían vocaciones. Si observas bien, te darás cuenta que es el mismo producto conventual milenario de la Iglesia solo que en un nuevo empaque de “prelatura”. Y tiene lógica que así sea, pues en dos mil años de historia en la Iglesia no hay nada nuevo en esencia bajo el sol, únicamente nuevas formas de “empaque”.

Y así, el que decide meterse a una orden, no tendrá problemas de escoger entre reducir su jornada de trabajo o dedicar más tiempo a dirigir almas. Esto va contra el Concilio Vaticano II? Para nada. El concilio invita a todos los fieles a ser santos, impregnando del Evangelio todas las realidades humanas. En ningún momento le pide el celibato a los fieles, a diferencia de lo que pide a los consagrados: celibato para ellos, ya sea en comunidades religiosas o a los presbíteros. El evangelio es tan amplio, que no se reduce a prácticas piadosas, pero deja claras las estructuras, cuando el Señor pide labradores para su viña, la Iglesia lo ha interpretado ya sea para que los sacerdotes o consagrados sean los labradores de un pueblo que va hacia Dios –los pastores que cuidan a los laicos-, no ha dicho que las ovejas se cuiden entre ellas.


PASTORES Y OVEJAS

La Iglesia desde su constitución siempre diferenció 2 grandes roles o papeles a desempeñar en la Iglesia: pastores y ovejas. Con esto se dejaba claro que había un grupo de personas que, dedicando toda su vida y energías, dejaban de ser laicos para convertirse en pastores.

La Iglesia siempre requirió y actualmente requiere que sus pastores se dediquen única y exclusivamente a su función de pastor.


LAS ÓRDENES RELIGIOSAS.

Con el desarrollo de la vida eclesial, determinadas personas empezaron a dejar la vida del mundo, recluyéndose en monasterios para dedicarse totalmente a la contemplación del Señor. Monjes, que siendo sacerdotes o no, no vivían en el mundo incluso físicamente, apartándose de las ciudades o en conventos. Otras personas dedicaron sus vidas a determinadas labores caritativas, que también les llevaron a dedicarse completamente a esa función...

Las órdenes religiosas tienen 2 grandes grupos: los monjes de convento, que se dedican única y exclusivamente a la contemplación de Dios sin actividad externa, y; las ordenes de vida “activa” que se dedican preponderantemente a actividades caritativas: hospitales, enseñanza, atención de encarcelados, predicación, entre otros.

Es común que dichas órdenes religiosas busquen la santidad a través de un “espíritu” que a lo largo del tiempo los ha ido identificando: órdenes para hospitales, para la enseñanza, contemplativos, entre otros.


DE LA ENTREGA A DIOS

En ambos casos, tanto el pasar a formar parte del orden presbiteral o a una orden religiosa, el candidato sabía perfectamente con antelación cual era el objetivo de su vida y las actividades a las que tendría que dedicarse, eso sí, dedicando toda su vida a aquello para lo que se entregó.

Esta claridad en el concepto de entrega a Dios llego a insertarse tanto a la cultura popular, que los términos cura, monja, fraile, hermano, entre otros, hacen referencia directamente a una persona entregada a Dios, sin necesidad de saber específicamente a qué orden o diócesis se pertenece; y sobre todo, expresaban casi de forma automáticamente el tipo de vida que una persona entregada a Dios debía llevar, es decir, si a una persona le decían que un monje quería tener novia, automáticamente se entendía que el monje se había equivocado de elección, pues a priori se tenía el concepto que los monjes no pueden tener novia. Y así, se podrían poner numerosos ejemplos.

Dentro del idioma también se llegó a esa diferenciación a tal punto que las palabras: cura, monja o fraile actualmente son géneros y no especies, es decir, identifican funciones y estilos de vida ya comúnmente conocidos sin necesidad de ulteriores aclaraciones. En todo caso se identifican con su especie, como soy sacerdote jesuita, o monje carmelita o hermana de la caridad.


LOS FAMOSOS PRIMEROS CRISTIANOS

Los “primeros cristianos”, tan gustados en el Opus Dei también tenían claras esas diferencias. Expandieron el cristianismo cada uno dedicándose a su oficio, sin mayor organización, más que el boca a boca y donde llegaba a existir un buen número de cristianos, los “pastores” establecían las diócesis, parroquias, etc.

Con el paso del tiempo, surgieron los misioneros, quienes eran personas dedicadas en su totalidad a predicar y llevar el evangelio a otros lugares. Eso sí, y esto lo quiero recalcar, dedicándose completamente a esa tarea.


LA FIGURA DEL NUMERARIO.

Así las cosas funcionando durante 18 o 19 siglos, cada persona desempeñando el rol que le correspondía dentro de la Iglesia y cada uno sabiendo sus actividades dentro de su esfera correcta aparece una figura aparentemente nueva dentro de la Iglesia, pero que en esencia ya existía con un milenio de antigüedad: los numerarios.

Esta figura traía aparejada la novedad de “no apartarse” del mundo, de no “consagrarse”, de ser uno más entre sus iguales, y sobre todo, que la finalidad de la institución era santificar el trabajo ordinario, rompiendo así los moldes conocidos. Ante esta novedad, muchas personas consintieron y entregaron sus vidas. En el fondo, sonaba a nueva campaña de marketing.


NUMERARIO: EL PROBLEMA DE SUS FINES

¿Pero alguien sabe a ciencia cierta qué es un numerario/a? Veamos algunas características:

  • Tiene que santificar su trabajo, y tener prestigio profesional. Para ello se dedica tiempo, dedicación y esfuerzo; (oficio laical)
  • Tiene que tener la mayor cantidad de amigos, hacer planos inclinados, lista de pitables y dedicarse en cuerpo y alma a acercar personas (no solo somos almas) a Cristo; (Oficio de misionero)
  • Debe poner su máximo esfuerzo en conseguir vocaciones; (oficio de misionero)
  • Tiene que prepararse tanto filosófica como teológicamente para dar doctrina; (oficio de predicador)
  • Ser el más piadoso entre los piadosos;
  • Debe ser oveja y pastor; (una mezcla entre sacerdote y laico)
  • Tiene que ser célibe. Exigencia que corresponde a los separados del mundo (oficio de pastor)
  • Asimismo tiene que dirigir a las almas (oficio de pastor) a través de apostolado de amistad y confidencia; y, por último y por ello no más insignificante:
  • Tiene que vivir un espíritu (oficio de monje)
  • Tiene que SER CONTEMPLATIVO EN MEDIO DEL MUNDO. (oficio de monje)

Mi pregunta es: qué tiene que ver esto con ser un cristiano más en medio del mundo? De los 10 fines enumerados, 9 corresponden a esferas de monjes y religiosos (pastores) y únicamente uno a su esfera laical (oveja).

Ahora analicemos cómo vive un numerario:

  • Vive en comunidad (estilo religioso), con los respectivos horarios conventuales. Tiempo de la tarde, tiempo de la noche, misa conventual, comidas en conjunto.
  • Se compromete con Dios (votos religiosos). La diferencia entre un voto y un compromiso en el fondo no existe.
  • Normas de piedad en familia (misa conventual, retiros, oración de las preces al estilo religioso).
  • No asiste a actos sociales (al estilo religioso).
  • Se compromete a vivir la obediencia (al estilo religioso). Nunca he visto que un fiel de una diócesis se comprometa a vivir la obediencia hacia el obispo.
  • Tiene que vivir las virtudes en grado heroico. ¿Cuál es la diferencia con los 3 consejos evangélicos?

Podría apostar que si reunimos a los vocales de san Miguel de todo el mundo, y les preguntáramos qué es un numerario, obtendríamos tantas respuestas y definiciones como participantes.

Por lo anterior, se dan situaciones tan dispares en los numerarios, como ingenieros químicos que terminan de obispos o gente sin experiencia que resulta haciendo oficios de pastor cuando no le corresponde.

Asimismo, me atrevo a asegurar que el término “numerario” continuará siendo “especie” y nunca se convertirá en “género” como lo son los términos cura, monje, fraile. Así, estamos ante la realidad de que el término numerario, hoy por hoy, es una “especie” del “genero” monje.


EL CONCILIO VATICANO II

Mucho de la doctrina del Opus Dei se apoya en el CVII el cual hace un llamado universal a la Santidad, recordando a todos los bautizados la necesidad de encontrarse con Cristo. El Opus Dei toma párrafos de dicho concilio, para apoyar sus exigencias de apostolado y santidad, pero ¿realmente será necesario que los laicos vivan como monjes con jeans para alcanzar la santidad, aunque de forma externa no sean monjes pero si de forma interna? ¿No estaremos ante un clericalismo de los laicos, que era uno de los temores de Escrivá?


CONCLUSIÓN

Intuyo que los problemas de deserción de numerarios/as se debe a la poca claridad del rol que debe desempeñar un numerario en la sociedad y a esa mezcla de oficios y funciones. Tal vez si fuesen orden religiosa, con una asociación del fieles laicos casados, y las ovejas se dedicasen a ser ovejas y los pastores a ser pastores, no habría tanto problema y confusión entre sus miembros. Como dijo el papa Francisco, ser pastores con olor a oveja, nunca dijo ser oveja con mates de pastor, así que zapatero a tus zapatos.



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