Reflexiones históricas

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Por Haenobarbo, 21 de noviembre de 2007


El último escrito de BDM y algunas conversaciones mantenidas con amigos en los últimos días me han sugerido algunas ideas que si bien ya las he dejado caer en alguno que otro escrito anterior, me parecen útiles reiterar, con el propósito de ir completando el rompecabezas que para muchos de nosotros supone aproximarnos al Opus Dei, y lo hago no sin antes advertir a los participantes de esta página que voy a teorizar, lo que seguramente le restará interés a quienes son mas amigos de la acción combativa que del sustento teórico de una institución que a todos nos ha causado mucho dolor.

Es muy difícil acercarse al fenómeno del Opus Dei y entenderlo desde el punto de vista eclesial, sin un conocimiento relativamente profundo de la historia de la Iglesia y sobre todo de las instituciones eclesiásticas, conocimiento que –si no ocultado directa y deliberadamente- no es desde luego incentivado ni facilitado dentro de la institución: aparte de las clases de historia de la Iglesia que prescribe la Ratio Studiorum, en base al manualito preparado por José Orlandis. Poco mas parece necesario para quienes son profesionales y cristianos corrientes en “medio del mundo”...

A esto se añade que una gran mayoría de miembros de la institución, pertenecen a la generación post conciliar. La Iglesia que conocen y han vivido es la del famoso aggionamento. Los anteriores a esta época, que quizá por católicos estaban más familiarizados con la realidad vivida en las parroquias a las que asistían y con la vida de los institutos religiosos, por haberse educado en ellos o tener una tía monja, fueron cuidadosa y sistemáticamente apartados de esas realidades, con el objeto de crear en ellos una identidad propia que en nada se confundiera con la vida religiosa en su mas amplio espectro.

La vida religiosa pre conciliar, vivida en base a las antiguas reglas y constituciones, se parece muy poco a la actual, en la que los individuos son tratados como tales, tienen mayor capacidad de acción, mas facilidades para opinar, sin que eso sea calificado de mal espíritu, tienen a su alcance una dirección espiritual mas flexible.

Por otro lado, en la actualidad – y esto tiene que ver con el mayor respeto del ser individual – el religioso o la religiosa tienen una mayor participación no solo en el “discernimiento” de la propia vocación y del modo de actuarla, obviamente dentro de ciertos límites generales, marcados por el espíritu de la institución a la que pertenecen o pretenden pertenecer, sino también en su propio crecimiento interior.

Todo esto, es lo que muchos ven como un tremendo desastre para la vida de las instituciones de la iglesia: parecería que cada quién va a su aire, que todo es impredecible, que se ha perdido la unidad monolítica de las instituciones, que todo es un desgobierno. Como en casi todo en esta vida, hay parte de razón en cada extremo. Hace muy pocos días, una religiosa de 84 años, perteneciente a una de las congregaciones “modernas” mas estrictas, que hoy en día – la congregación y la monja en cuestión – es una de las más post conciliares, me decía al respecto de esto: “es que un día entendimos que una cosa es la unidad y otra la uniformidad”.

Por otro lado, es un hecho cierto que en muchas congregaciones religiosas pre conciliares, hubo en su momento agudos problemas por el modo de vivir el propio instituto: por ejemplo, a San José de Calasanz se le revelaron los escolapios legos, es decir, los que entraban a la congregación con la expresa condición de no ordenarse sacerdotes nunca: los ordenados podían ocupar cargos de gobierno; ellos no. Los ordenados podían realizar determinados estudios, los legos no… y claro, los legos se unieron para exigirle al fundador la ordenación y la igualdad de todos: fracasaron si no me equivoco. San Juan Bautista de la Salle cortó por lo sano y resolvió que en su institución nadie, jamás y por ningún motivo, se ordenaría sacerdote.

Algo similar sucedió mas recientemente en la Compañía de Jesús con los hermanos legos y también en las congregaciones femeninas, donde las monjas de velo blanco, generalmente encargadas de los servicios domésticos de la comunidad… si, algo parecido a las numerarias auxiliares… protestaban y se sublevaban contra las de velo negro, por no tener participación alguna en los Capítulos ni en ninguna de las instancias de gobierno, por ser tratadas como hermanas pequeñas, por no poder realizar otros trabajos.

También la relación de las Ordenes y Congregaciones y las de los clérigos seculares con el obispo diocesano era distinta: el obispo tenía mucho más poder de control sobre todos ellos –salvo los dominicos que históricamente acumularon sobre si los mil y un privilegios de exención de la autoridad diocesana (esto suena conocido)- en una época en que unidad y uniformidad eran sinónimos.

Nada de esto era desconocido para el Fundador del Opus Dei: tuvo trato con muchos religiosos y religiosas, conocía bastante bien las interioridades de muchos conventos, experimentaba las “arbitrariedades” de los obispos y tomó sus precauciones a la hora de modelar su criatura.

¿Porqué en el Opus Dei ningún numerario o agregado puede pedir espontáneamente ser ordenado? ¿Por qué el que realmente se siente inclinado al sacerdocio debe mantenerlo oculto y solo manifestar su disposición cuando los directores le sugieren que escriba al Padre en tal sentido? En principio todos los numerarios están dispuestos a ordenarse, pero hay que cuidarse muy bien de decirlo: el que espontáneamente lo dice, es casi seguro que no se ordenará nunca, o lo hará luego de muchísimos años. La respuesta es simple: quare fremuerunt gentes… para que no se amotinen exigiendo ser ordenados, aunque también es cierto que en la Iglesia nadie tiene “derecho” a ser ordenado si no es llamado por el Obispo.

En algún escrito anterior, me permití recomendar a los lectores de Opus Libros que vieran una película referida a una monja –“Historia de una monja” – apasionada por la medicina y la investigación médica, ambientada allá por los años 40. Sus superioras la apartaron sistemáticamente de sus personales inclinaciones, insistiéndole en que la obediencia la llamaba por otros caminos. Tiempo después la mandaron a una misión al Africa, donde no le quedó mas remedio que ayudar al médico de la misión… era la única que entendía algo del tema… miles de precauciones en el trato con el médico obviamente, aunque a ella le interesaba más la medicina que el médico en cuestión. Trato con su familia ni de lejos. La medicina, que no el médico, pudo mas y pidió la dispensa de los votos... miles de trabas hasta que la consiguió… Mientras, apartamiento total de sus hermanas de congregación… el día que abandonó el convento, por una ventanilla le dijeron que pase por la sala de visitas a recoger el maletín con sus cosas: ahí mismo encontraría un vestido y unos zapatos para ponerse, nada nuevo ni atractivo desde luego. Nadie a despedirla… eso si le dijeron que al salir dejara el anillo de la fidelidad sobre la mesita de la sala… Les recuerda algo?.... no, lo de anillo no, porque entiendo que cada quien se lo lleva si le da la gana… lo otro.

Lulú escribía el otro día sobre la famosa tabla en la que dormían las numerarias: la sinrazón es puramente ascética, eso sí nunca convenientemente explicada, seguramente porque la explicación se habrá perdido en la noche de los tiempos, cuando a alguien se le ocurrió que las monjas – por retorcidas motivaciones – debían dormir en tabla.

San Francisco de Sales fundó a sus monjas, cuando se percató que muchas mujeres que deseaban servir a Dios en alguna de las instituciones existentes, no podían porque los requisitos de salud física, de edad, de estado o de fortuna, disponibilidad, aptitud para la convivencia, imposibilidad de enclaustrase, se lo impedían. Pensó en una institución donde cupieran todas las que no cabían en otro lugar: tullidas, gordas, flacas, mancas, tuertas, viudas, madres con hijos y un largo etc. y se topó con una Iglesia que en esa época no entendía otra cosa para las mujeres que la mas estricta clausura y agachó la cabeza.

Cosa parecida sucedía en muchas Ordenes y congregaciones masculinas y femeninas, donde no podían ser admitidos los “ilegítimos”, los que no tuvieran aptitud para los estudios, los que tuvieran un defecto físico o alguna enfermedad crónica, u obligaciones familiares. Y tampoco podían ordenarse los que les faltara el dedo pulgar, o eran tuertos del ojo izquierdo (no podrían leer el misal en la celebración de la misa).

No es novedad del Opus Dei que los confesores y los directores espirituales vengan impuestos. Las instituciones de la Iglesia los tenían. A las monjas les designaba confesor ordinario el obispo, que designaba a su vez a un confesor extraordinario para el convento, al que las monjas debían acudir al menos para recibir su bendición: les suena esto?. En las casas de varones los superiores designaban al confesor ordinario y extraordinario. Hoy hay una más amplia libertad de elección para los religiosos y religiosas, pero antes no.

El Studium Generale en el Opus dei es un calco del Studium Generale de los Dominicos, incluso en el ordenamiento interno del rango de los profesores: hay paralelismo absoluto con lo que en la Orden dominicana son los Maestros, los simples Lectores, etc.

El Opus Dei ni siquiera ha sabido ser original en cuanto a su organización y modos de proceder internos. Eso si, no ha respetado para nada una característica fundamental de sus miembros, sobre todo numerarios y agregados: la de ser cristianos corrientes: los ha encorsetado en un molde religioso que obviamente hace rechinar hasta la médula, sin que casi nadie se de cuenta de la procedencia de ese molde… porque no lo conoce!!

Hay muchas cosas mas, que ahorro al que haya tenido la paciencia de llegar hasta aquí (que no es poca). Y vuelvo a la idea inicial: es muy difícil explicarse muchas de las cosas que hemos vivido sin conocer la historia de estas Instituciones… cantidad de ellas tienen sus orígenes y su explicación ahí, lo que pasa es que nunca nos dejaron meter la nariz en esa historia, para que no lo notáramos… ¡¡¡¡Cristianos corrientes en medio del mundo!!!!



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