El Studium Generale del Opus Dei, el gran olvidado de esta página

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Por Josef Knecht, 7.07.2008


1. Felicito sinceramente a Libero y me adhiero de todo corazón a las tesis por él expuestas en sus dos recientes escritos: La potestad de jurisdicción y su ejercicio en el Opus Dei (18.06.2008) y Complemento sobre la Prelatura (02.07.2008).

En el segundo de estos escritos (02.07.2008), Libero enumera once puntos que muestran a las claras que la prelatura del Opus Dei no pertenece a la estructura jerárquica de la Iglesia, sino al fenómeno asociativo de ésta. Libero mismo advierte al final de su enumeración que podrían añadirse más ejemplos. Por eso, y con el fin de reforzar la tesis de Libero, quisiera añadir un ejemplo más, que sería el número doce, relativo al Studium Generale del Opus Dei; es decir, me refiero a lo que en el lenguaje interno de la Obra también recibe el nombre de “estudios internos” de Filosofía, Teología y lengua latina.

12.

  • En toda estructura jerárquica de la Iglesia los fieles no son obligados a cursar estudios institucionales de Filosofía, Teología y Latín, a excepción de los seminaristas. En algunas diócesis sí existe un Instituto de Ciencias Religiosas que imparte enseñanza de Teología a aquellos seglares que libremente se matriculan en él; muchos de estos estudiantes laicos reciben, tras finalizar los cursos, la capacitación para ser profesores de la asignatura de Religión en la enseñanza básica y media.
  • En el Opus, todos los miembros célibes (numerario/as y agregado/as) están obligados a cursar en el Studium Generale de la Obra estudios eclesiásticos de Filosofía, Teología y Latín, de una forma idéntica a como lo hacen los miembros de una orden religiosa o de un instituto de vida consagrada. Es cierto que las clases de formación teológica que reciben los supernumerarios y las supernumerarias del Opus se aproximan más a las clases impartidas en un Instituto diocesano de Ciencias Religiosas. Pero tanto para los miembros célibes de la Obra como para los casados la obligación de cursar los estudios eclesiásticos del Studium Generale está acompañada de una curiosa prohibición: no hacer uso de esos estudios para obtener de ellos utilidad pecuniaria, como sería el caso de trabajar como profesor de Religión en un colegio privado o en una escuela pública, pues el Studium Generale sólo está previsto para la formación doctrinal de los miembros del Opus, como sucede en una orden religiosa o en un instituto de vida consagrada.

Me parece que añadir este número 12 a la enumeración propuesta por Libero (02.07.2008) refuerza bastante su argumentación.


2. Y ahora paso a hacer una reflexión y una pregunta. Tengo la sincera impresión de que los usuarios de Opuslibros, cuando recordamos los años vividos en la Obra, apenas hacemos mención de lo que supuso para nosotros haber cursado asignaturas de Filosofía, Teología y lengua latina. De esta faceta de la vida del Opus apenas se escribe en Opuslibros. ¿Por qué el Studium Generale es el gran olvidado de esta página web, a pesar de las muchas horas de clase y de estudio que hemos invertido en él en los cursos anuales, en los dos años del Centro de Estudios y en otros muchos momentos? Realmente suponía un esfuerzo hacer compatible el trabajo profesional con la asistencia a esas clases de Filosofía o de Teología que muchas veces estaban metidas en el horario de un numerario como con calzador. Me gustaría que alguien respondiera a esta pregunta, pues creo que tiene cierto interés. Lanzo algunas pistas para una posible respuesta a la pregunta planteada: la baja calidad de esas clases; el hecho de que, por estar metidas en el horario como con calzador, el contenido de las clases no se asimilaba debidamente; la excesiva benevolencia y manga ancha con que los profesores regalaban a los alumnos la calificación de magna cum laude (sobresaliente) o de summa cum laude (matrícula de honor) en los exámenes; etcétera. Esta serie de circunstancias concretas quitan seriedad al Studium Generale, el cual, por tanto, no deja poso en quienes, al desvincularse de la Obra, han empezado a tomarse en serio su vida.



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