El Opus Dei consigue del Secretario de las Congregación para los Obispos una defensa ante la denuncia de Oráculo

From Opus-Info
Jump to navigation Jump to search

Por Trinity, 8 de enero de 2007


Copio al final unas declaraciones de Secretario de la Congregación para los Obispos, que me parecen muy significativas de una reacción inmediata al escrito de Oráculo, por parte de la Prelatura. El estudio fue publicado el día 8 de diciembre, cuando el primer grupo de vicarios regionales y de Delegaciones estaban concentrados en Roma. Y esas declaraciones son del 11 de Diciembre. Luego no es aventurado deducir lo siguiente:

  1. que el impacto fue fuerte;
  2. que les dolió especialmente donde advirtieron un peligro cercano, capaz de trastocar su autonomía, como advierte el número 15 de La libertad de las conciencias en el Opus Dei; y
  3. que por eso hicieron gestiones de inmediato, al máximo nivel según su capacidad de influencia, para conseguir la apariencia de que la jerarquía oficial dice lo contrario a ese escrito.

En efecto, sabiendo cómo actúan, me resulta imposible no ligar esa entrevista, publicada en la Web oficial del Opus Dei, al estudio de Oráculo y la acción misma de la Prelatura. Pues resulta llamativo:

  1. que una persona tan autorizada, por su cargo, a los tres días de la denuncia de Oráculo realice sin venir a cuento unas simples declaraciones con el único objetivo de decir que la Prelatura personal no se ha erigido “para la independencia” sino para la comunión, porque además la figura es una estructura de comunión; y
  2. que, encima, ponga el acento en un discurso de Juan Pablo II a la Prelatura que fue preparado por los del Opus Dei, que sólo citan los autores de la Obra y cuyo escaso nivel de importancia ya fue comentado ampliamente por Claire Fischer en su artículo Página Web del Opus Dei: discurso de Juan Pablo II.

Lo más probable es que el Secretario de la susodicha Congregación no sepa una palabra de La libertad de las conciencias en el Opus Dei y haya accedido a que le publiquen esa entrevista porque le hayan visitado contándole una película de nuevos ataques en los que se dice “lo de siempre” y que serían oportunas unas breves declaraciones sobre lo bueno que es la Prelatura (en abstracto) para la Iglesia, como figura canónica, y ésta aplicada al Opus Dei y cómo y por qué se aprobó así. Es decir: habría hecho esas declaraciones ajeno al contexto de fondo que las están suscitando...


Conclusión: si las cosas son así, como parece, ello sería una prueba de hasta qué punto se han visto o se ven en peligro por causa de ese escrito de Oráculo: pues, que ellos se hayan movido a ese nivel, demuestra que la línea de actuación de Oráculo es el camino acertado para combatir eficazmente los abusos que vienen cometiendo.

De esto extraería una consecuencia práctica, que considero importante: puesto que parece evidente que el Secretario desconoce las denuncias contenidas en el escrito de Oráculo —entre otros motivos, porque el 11 de diciembre aún no había aparecido en Opuslibros.org la versión en italiano-, sería oportunísimo aprovechar esas declaraciones para que muchos de nosotros escribamos con nuestros nombres y apellidos a Mons. Monterisi enviándole la versión italiana del estudio de Oráculo y haciéndole notar algunas de las ideas siguientes:

  1. que el estudio que ha suscitado sus declaraciones no niega en absoluto que la estructura canónica de la Prelatura Personal exista para la comunión eclesial —que es lo único que dice el susodicho Secretario— y que ésa sea el sentido de su aprobación;
  2. que lo que afirma Oráculo es que esa comunión se está rompiendo porque la figura se está usando para un obrar de hecho con absoluta independencia, esto es, en contra de leyes universales de la Iglesia que son de obligado cumplimiento
  3. que la sutileza de Oráculo ha estado en advertir que la opacidad de la institución, su habitual obrar equívoco, y sus engaños a la Jerarquía, son aspectos de la realidad conectados entre sí causalmente y no casualmente: es decir, obedece a una finalidad oculta y ocultada a la jerarquía —que es el hecho denunciado en su artículo— cuya “protección” (con el nombre de “espíritu del Opus Dei”) se busca mediante la figura de la Prelatura Personal como ellos la interpretan; y, finalmente,
  4. que esto último es a lo que debería estar atento el Secretario, cuando la denuncia pública, que es el escrito en sí mismo, resulta tan fuerte como documentada y de fácil verificación.

Es importante que estos escritos sean respetuosos pero contundentes, diciendo que, si el Secretario se ha cuidado de declarar lo declarado, mayor debería ser el interés que ponga en investigar lo tan claramente denunciado en el escrito de Oráculo, pues no es muy difícil verificar su verdad. Así, además, se evitaría que sus declaraciones fuesen manipuladas en el sentido de ser presentadas como un respaldo al hacer inmoral actual de la Prelatura del Opus Dei.

Si el correo electrónico o el correo postal del Secretario se colapsase con miles de cartas, mejor que mejor, pues advertirá que la denuncia no es cosas de unos pocos resentidos o amargados, o de gente ajena al sentire cum Ecclesia, y se daría cuenta de que la cosa es seria.


ENTREVISTA publicada en www.opusdei.org:

 Mons. Monterisi: “La prelatura personal, una figura que enriquece la comunión de la Iglesia”
Acaba de comenzar el 25º año de vida de la prelatura del Opus Dei. Con ocasión de este aniversario, el arzobispo Francesco Monterisi responde a algunas preguntas. Mons. Francesco Monterisi es Secretario de la Congregación para los Obispos, el dicasterio vaticano del que dependen las prelaturas.
11 de diciembre de 2006

Excelencia, Juan Pablo II erigió la Prelatura del Opus Dei el 28 de noviembre de 1982. ¿Cuáles son, en su opinión, los frutos que las diócesis pueden esperar de una configuración jurídica de este tipo?
A pocos meses del 25º aniversario, ya se puede comenzar a hacer balance del trabajo que los miembros de la prelatura han llevado a cabo en este periodo. El Siervo de Dios Juan Pablo II, en un discurso de hace cinco años, recordó que la pertenencia de los fieles laicos tanto a su propia diócesis como al Opus Dei “hace que la misión peculiar de la prelatura confluya en el compromiso evangelizador de toda Iglesia particular”.

¿Cuál fue el motivo que llevó a Juan Pablo II a recurrir por vez primera a la figura conciliar de la prelatura personal, erigiendo como tal precisamente el Opus Dei?
Para responder a esta pregunta habría que comenzar por describir cómo aparecía el Opus Dei a los ojos del Santo Padre y de la Iglesia en el momento en que se planteó la necesidad de su reconocimiento por parte de la Santa Sede.
La figura de la prelatura no es una “fórmula de independencia”, como a veces se dice, sino justamente lo contrario. Es una respuesta concreta de la Jerarquía eclesiástica a una específica necesidad pastoral. El Opus Dei, que nació en 1928 en el corazón y en la mente de San Josemaría Escrivá, era una obra apostólica nueva, original, con algunas particularidades que era preciso tener en cuenta a la hora de su reconocimiento en el ordenamiento jurídico de la Iglesia, es decir, en el Derecho Canónico. En efecto, había miles de fieles dispersos en diócesis de los cinco continentes que habían hecho propio el ideal de vida propuesto por San Josemaría, el ideal de responder a la llamada a la santificación y al apostolado en las realidades ordinarias de su vida. Estos fieles necesitaban una ayuda pastoral especial para alcanzar ese objetivo, y por consiguiente había un buen número de presbíteros que, según la inspiración del mismo fundador del Opus Dei, se habían sentido llamados por el Señor, como sacerdotes seculares, no como religiosos, a ejercer su ministerio entre estos laicos que buscaban la santidad en las realidades ordinarias. En fin, también se veía necesario confiar esta nueva realidad apostólica a la dirección de una persona, el prelado, que con sus colaboradores coordinase la vida y la acción del Opus Dei en todo el mundo. Estos son los elementos que condujeron a dar al Opus Dei la peculiar figura jurídica de la prelatura personal.
Basta leer la Constitución Apostólica Ut Sit, con la que fue erigido el Opus Dei en 1982, para darse cuenta de que la figura de la prelatura personal es la más adecuada para que el Opus Dei, tal como fue concebido por San Josemaría Escrivá a la luz de su profunda espiritualidad, pueda cumplir su misión en la Iglesia.

¿Hay en la Iglesia otras prelaturas personales, además del Opus Dei?
Juan Pablo II recordó, en un discurso pronunciado en 2002, "que la misión peculiar de la prelatura confluya en el compromiso evangelizador de toda Iglesia particular".Por ahora no. Pero nada impide que en el futuro puedan nacer otras: la Santa Sede las erigirá si tienen las características formales propias de este instituto jurídico, tal como ha quedado configurado en el ordenamiento de la Iglesia.
Tal vez su pregunta esté motivada por ciertas noticias publicadas en la prensa según las cuales el Arzobispo Emmanuel Milingo tendría la intención de crear una “prelatura personal” para su asociación de “sacerdotes casados”. Un proyecto semejante, desde el punto de vista del derecho canónico, sería un “monstruo jurídico”, no una prelatura personal, pues le faltarían varios elementos que en una prelatura personal son esenciales, como el fin pastoral específico, los fieles, etc. Por no hablar de los aspectos más lamentables del proyecto, que han apartado a Mons. Milingo de la “comunión” de la Iglesia: el abandono del celibato sacerdotal –un gran don de Dios a la Iglesia– por parte de quien lo ha asumido libremente “por el Reino de los Cielos”, la grave desobediencia al Santo Padre, el escándalo de los fieles.

Algunos creen ver en la figura jurídica de la prelatura personal un cierto status de “independencia”. ¿Qué hay de cierto en eso?
La figura de la prelatura no es una “fórmula de independencia”, como a veces se dice, sino justamente lo contrario. Es una respuesta concreta de la Jerarquía eclesiástica a una específica necesidad pastoral.
Cuando Juan Pablo II erigió la Prelatura, ni los fieles ni las actividades formativas del Opus Dei se hicieron “independientes” de la Jerarquía eclesiástica. Al contrario, la Jerarquía ha asumido la atención de esta realidad mediante un Prelado nombrado por el Papa. El Prelado tiene el encargo de guiar la prelatura en comunión con todos los obispos. Al mismo tiempo, está obligado a mantener el Opus Dei y todas sus actividades en comunión con el Santo Padre, “cum et sub Petro”.
La comunión con la Santa Sede se manifiesta en algunas obligaciones muy precisas, como la de presentar una relación quinquenal del estado de la prelatura, o la de mantener determinados contactos con los Dicasterios de la Curia Romana, y en particular con la congregación competente en lo relativo a la propia prelatura, es decir, la Congregación para los Obispos.
Por lo demás, los laicos del Opus Dei, por el hecho de ser miembros de la prelatura, en nada alteran su condición de fieles de sus diócesis. Es más, son aún más conscientes de su pertenencia a la Iglesia, comenzando por la Iglesia particular en la que viven y trabajan.
Los frutos apostólicos del Opus Dei benefician a las diócesis en las que los fieles de la prelatura residen: tantas veces ha sucedido, por ejemplo, que el apostolado personal de un fiel del Opus Dei da lugar a la conversión de un amigo, un colega o un pariente. El compromiso de los laicos del Opus Dei, su labor en actividades apostólicas y sociales, sus iniciativas, son un estímulo para otros fieles, y esto significa un crecimiento espiritual en la diócesis.
"El Opus Dei nació para favorecer el apostolado de sus miembros laicos en la vida ordinaria".La experiencia de estos años de presencia de la prelatura del Opus Dei en tantas diócesis de todo el mundo confirma la realidad de un trabajo apostólico intenso en comunión con los obispos diocesanos. Esta comunión se concreta en modos y formas muy diferentes, pero la voluntad, por parte de la prelatura del Opus Dei, de sintonizar con todos los Obispos de las diócesis en las que está activa es siempre la misma.
En este sentido, se puede decir, a modo de conclusión, que la prelatura personal contribuye a enriquecer la comunión de la Iglesia.

¿En qué medida la figura jurídica de la prelatura del Opus Dei potencia el papel de los laicos?
El Opus Dei nació para favorecer el apostolado de sus miembros laicos en la vida ordinaria. Ya antes de la erección de la prelatura el Opus Dei se había desarrollado en todo el mundo y contaba con fieles laicos comprometidos en la puesta en práctica de este ideal en la vida familiar, en el mundo del trabajo y en las demás realidades de la vida cotidiana. La figura de la prelatura, del mismo modo que las demás figuras de circunscripciones eclesiásticas, permite –como dijo Juan Pablo II en el Discurso que he mencionado al responder a la primera pregunta– “la convergencia orgánica de sacerdotes y laicos” para el bien de la Iglesia y el progreso del Reino de Dios.


Original