Sobre los Agregados: no universitarios, en principio

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Por Nachof, 22.08.2008


Jon y Ancasti han mantenido un diálogo sobre los agregados. Deseo aportar lo que yo viví para que se aclare mucho más y los que no han conocido esta situación tengan una idea clara.

Ante todo, decir que cuando yo pasé de numerario a agregado en agosto de 1966, los agregados no era obligatorio que tuvieran carrera universitaria, pero sí los numerarios. Esa fue la explicación que se me dio para decirme que lo mio era ese tipo de entrega. Y hasta que me fui en octubre de 1998 pasaron hasta más de 32 años, pero dentro de la Obra estuve casi 34.

Yo había pitado como numerario, cuando estudiaba tercer curso de la carrera de Derecho en la Universidad Complutense de Madrid, el 19 de marzo de 1965 en un centro que había en la calle General Oráa numero 5 de Madrid, enfrente de la embajada de Estados Unidos en España. Era una extensión del centro de estudios que provisionalmente estaba en el Paseo de la Castellana, 50. El edificio era propiedad del Conde de la Maza. El hecho de estar en ese edificio era porque el llamado entonces externamente Colegio Mayor de la Santa Cruz y luego Montalbán, estaba en obras. Recientemente Maripaz nos informó que estuvo allí... en el lado de la llamada Administración. Encantado de haber estado algún día al otro lado, Maripaz.

En las Navidades de 1965 hice un curso de retiro en el Colegio Mayor Moncloa de Madrid. Nada más salir, Santos Velasco, hoy sacerdote, director del centro universitario Vitrubio (calle Vitrubio 3) al que yo había pasado a pertenecer, me dijo que habían pensado que lo mio era ser oblato, que así entonces se denominaba. Dos años después pasó a denominarse agregado. Mi tránsito de numerario a agregado se produjo en una convivencia de quince días en en la casa de retiros de Molinoviejo, en Ortigosa del Monte (Segovia). Era una convivencia de oblatos universitarios y así se nos indicó antes de ir.

Nada más terminar la convivencia, me incorporé a un centro de oblatos en la calle Recoletos, 5 de Madrid, que pasó a tener el carácter de universitario, pues los casi ochenta agregados que nos incorporamos de diversos centros de Madrid cursábamos carreras universitarias. Las excepciones eran muy pocas. Ya lo he contado otra vez, de esos ochenta oblatos universitarios quedan menos de diez: Blas, Luis, Suge, Domingo, Luis Tomás, Fernando (hoy numerario), Angel (no se que ha sido de él, tras pasar a numerario e irse a Canadá) y Sebastián (sacerdote numerario). Ah, otros dos Fernando pitaron y ahora siguen. Los demás nos fuimos con el tiempo. Se fue hasta el sacerdote que nos atendía, Ricardo, hoy seglar.

Se nos dijo entonces que era el primer centro de oblatos universitarios. Los que hasta ese momento frecuentaban Recoletos, 5, en su mayor parte pasaron a otro centro de carreras medias que se había abierto en la Glorieta de Cuatro Caminos número 4. Se consideraba que un ingeniero técnico o perito no era universitario. Así era el Opus Dei y el espíritu de la época en España. El centro por donde fui entonces fue cerrado hacia 1973. Antes se nos había dividido con otro que se abrió en la calle Princesa, 81, que luego pasó a las mujeres de la Obra. Era el estudio de arquitecto de César Ortiz Echagüe, entonces defensor de la Comisión de España. Más tarde se ordenó sacerdote y fue consiliario en Alemania.

El centro Recoletos, 5 se encontraba en la misma calle que otro llamado Recoletos, 17, que frecuentaban oblatos de distintas profesiones, en su mayoría no universitarias. Por ejemplo, por allí iban Paco Navarro (empleado del Banco Popular) y Rafael Poveda (empleado de Editorial Rialp), los dos primeros oblatos, aunque lo hicieron con el nombre de supernumerarios internos. Luego se eliminó esa denominación y el primero fue Paco Uceda, que solía decir que había sido carterista y tambien había ejercido como ayudante técnico sanitario (ATS). Éste último no iba por Recoletos, 17.

Para conseguir un centro de oblatos universitarios, los directores del Opus Dei se sirvieron de otros de todo Madrid. Muchos de los primeros que pitaron en el entonces instituto Tajamar pasaron a estar en Recoletos, 5. Aquello era como un caos. Se hacía dificil tener una relación de amistad entre nosotros. En principio, el consejo local eran Paco (hoy sacerdote), Carlos (que venía de Bilbao, aunque era cántabro) y Oscar (bilbaino). Eran frecuentes las broncas de Paco y Oscar para que hubiera buen ambiente proselitista. Era una cosa molesta. El año anterior a abrirse como centro universitario habían pitado unos 30 agregados. De éstos, ¿cuantos han perseverado? Aquella temporada pitaron seis.

Desde el primer día, observé que algunos oblatos no continuaban en el Opus Dei. Esto era patente cuando llegaba la fiesta de San José, que se renovaba la oblación y había que decir en público despues de la consagración de la Misa. Leían una fórmula parecida a esta: "En la presencia de de Dios Nuestro Señor y teniendo como testigo a mi ángel custodio hago voto de pobreza, castidad y obediencia como socio oblato del Opus Dei hasta el próximo 19 de marzo." Esa fecha indica una incorporación temporal de un año. Como se ve en la Obra fundada por San Josemaría Escrivá de Balaguer y Albás existieron votos. Ellos decían que "era un ceder sin conceder" a la Iglesia, pero que cuando se llegara a la solución definitiva, se dejaría. Y vaya si se ha cumplido.

Otra cosa que quiero dejar clara es que durante muchos años los oblatos universitarios, luego agregados universitarios, fuéramos a convivencias anuales de agregados universitarios, no de otros que cursaban estudios que tenían entonces menos relevancia pública. Eso es lo que he vivido.

El Opus Dei ha pasado de empezar a tratar a jóvenes que podían ser oblatos entre personas trabajadoras a tratar mayormente a personas con estudios universitarios, como se prevé todos los centros universitarios. Poco antes de irme, en una reunion semanal como era el llamado "círculo breve" le oí a Enrique, un agregado que pitó en 1955, una frase que se me ha quedado clavada: "¿Es que aquí no pitan obreros?". Debo aclarar que él lo era y había trabajado hasta su jubilación en una imprenta. Otro día continuaré.


P.D: Me olvidé de otros dos agregados que continuan en la Obra: Jorge M y Enrique U. Al primero me le he encontrado varias veces en el metro de Madrid, estando los dos solos en el andén, pero parece que no me conoce, pues mira para otra parte, y pasa de largo sin decirme ni hola.



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