Sobre hacer públicos los nombres de los miembros

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Cap.8 de La doble doctrina del Opus Dei

Autores: Compaq y Brian, 2-03-2005

Dedicamos esta entrega a Serpa, al que entre pedrada y pedrada, un compañero de clase le gritaba: ¡¿Eres o no eres el Opus?!


Una de las preguntas que se recogen en las FAQ de las webs de miembros, cooperadores, simpatizantes, obras corporativas, etc., del opusdei, es la siguiente:

 -¿Es secreta la pertenencia al Opus Dei?
-No. Cualquier tipo de secreto está expresamente prohibido por los estatutos que regulan el Opus Dei. En la práctica, los colegas, amigos y conocidos de los miembros siempre sabrán su pertenencia porque ellos mismos lo dan a conocer, especialmente por el sentido apostólico que procuran dar a todas las cosas que hacen. Sin embargo, los fieles de la Prelatura no tienen ninguna razón para destacar o hacer pública su pertenencia, porque la búsqueda de la santidad en el Opus Dei es personal, un rasgo de su vida privada."

Leemos en el libro Opus Dei. Una investigación, de Vittorio Messori:

 "Queda claro que el Opus Dei hace públicos los nombres de los vicarios, de los consejeros, de los sacerdotes y de los directores de los Centros. Pero nada se dice de los demás miembros de la Prelatura. ¿No serán entonces "encubiertos", "reservados"? ¿O incluso "secretos", como dicen algunos?

Anticipemos la respuesta, basándonos en el testimonio de Rafael Gómez Pérez: "La Prelatura del Opus Dei tiene la obligación de respetar la intimidad de sus miembros, es decir, no tiene derecho a comunicar la condición de miembro, a no ser que el interesado esté de acuerdo".

Sería inútil tratar de disimular que semejante negativa sorprende y parece incluso confirmar las sospechas de tantos. Según el Opus Dei, en cambio, todo se comprende si este "respeto por la intimidad de los miembros" (como lo llaman) se enmarca en el contexto del espíritu de la Institución, y si se compara con el comportamiento de otras entidades con rasgos comunes.

Acudimos al documento interno "Del Espíritu y de las Costumbres":

"Nuestro Fundador escribió en 1945 que la llamada divina a la Obra sólo afecta a la conciencia de cada uno, sin resonancias públicas ni oficiales, porque la vocación no nos saca de nuestro sitio, de aquella condición social que tenemos en el mundo. Ni ante la Iglesia ni ante el mundo hacemos otra profesión que la que hacen nuestros iguales, los fieles cristianos, cumpliendo todos los deberes de católicos responsables y ejercitando los deberes y los derechos de los ciudadanos corrientes". (página 86)

A continuación de las anteriores palabras del fundador, se lee en el mismo documento interno:

"Esta característica esencial de la vocación al Opus Dei alcanza a muchos detalles, incluso pequeños, en la vida de sus miembros: por ejemplo, los fieles laicos no hacen constar en su curriculum vitae su pertenencia a la Obra". (pág. 87 De Espiritus).

Queda claro que un fiel de la prelatura no tiene que hacer pública su pertenencia al Opus Dei si no quiere. Al ser un cosa privada, no hay obligación de hacerla pública. La literatura oficialista de la institución, recuerda que la prelatura del Opus Dei no tiene derecho a comunicar la condición de miembro. Es el miembro o "fiel de la prelatura" quien decide manifestarlo o no, por lo que es fácil deducir que habrá una personas a las que se lo comunique y a otras, no. El propio fundador de la Obra, insiste en que "la llamada divina a la Obra sólo afecta a la conciencia de cada uno, sin resonancias públicas ni oficiales". Los laicos no incluyen en el curriculum el dato de su pertenencia a la Obra, puesto que no tiene relevancia para los demás. Sigue siendo una cuestión privada. Nunca, por parte de la prelatura, se aireará la pertenencia al Opus Dei de ningún miembro.

Si eso es así, ¿por qué la publicación oficial de la prelatura"Romana", http://es.romana.org/, en la sección "In pace" publica los nombres y apellidos de los 264 "fieles de la prelatura" que han fallecido en el primer semestre de 2004 (última actualización de Romana)?.

-¿Será que para el opusdei los muertos ya no tienen privacidad, ni currículo, ni derechos?

-¿Será que los muertos ya no pueden pedir explicaciones al opusdei por haber faltado la institución al deber de guardar un secreto que tenían en común?

- ¿Será que los muertos ?(tampoco los vivos, pero eso da para otro tema)- no pueden demostrar con papeles y documentos- que pertenecieron o no al opusdei?

-¿Por qué la prelatura no respeta el compromiso que adquiere con sus "fieles" aunque estos sean fieles difuntos?


Conclusión: De nuevo la doble doctrina y la incoherencia entre lo que se dice y lo que se hace, entre la teoría y la práctica. Hacer pública la pertenencia al opusdei no es un asunto de la propia conciencia, ni privado, ni la prelatura cumple con su deber de abstenerse de divulgar públicamente los nombres y apellidos de sus "fieles" .




Una vez incumplido el compromiso por parte de la prelatura, ésta cae además, en una falta de caridad muy notable: en la relación de fallecidos, la prelatura distingue entre sus muertos "de primera categoría" y los muertos "de segunda ".

Los muertos "de primera" son los 27 primeros de la lista porque han merecido por parte de la prelatura un comentario elogioso (en ocasiones curioso) de lo que fueron sus vidas ejemplares. Los 237 restantes son la clase de tropa o muertos "de segunda" ya que no han encontrado nada que destacar de ellos. Los Coleccionadores de Datos, los Adictos a los Informes Internos, los Burócratas de la Dirección Espiritual... no pierden el tiempo buscando unas palabras cariñosas de despedida. Para la obra, pues, pasaron por ella sin pena ni gloria. Qué triste ¿verdad?. Revelan el secreto de su pertenencia al opus y además, por el silencio colocado al lado de su nombre, revelan también que la obra no considera que su vida fuera como para tirar cohetes

Antes de terminar, para darle un toque de humor al tema, se recomienda leer el escrito de Satur: "'Eso de la muerte".

Y un chiste:

Un sujeto regresa a casa después de visitar al médico y le informa a su esposa que sólo le quedan 24 horas de vida. La esposa recibe la noticia afligida, y pregunta al marido qué puede hacer por él.

El hombre contesta que dado que sólo le restan 24 horas de vida, quisiera pasarlas muy bien en un ambiente romántico.

La esposa accede a la petición de su esposo, y hacen el amor apasionadamente hasta quedarse dormidos.

Pasado un buen rato el hombre mira su reloj y se da cuenta de que sólo le quedan 18 horas de vida.

Despierta a la mujer y le pide que lo complazca nuevamente, a lo que ella accede.

Más tarde el hombre echa un vistazo a su reloj y puede ver que ya únicamente cuenta con 12 horas de vida.

Vuelve a despertar a su mujer y de nuevo se entregan a la pasión.

Entrada la madrugada, el hombre mira nuevamente su reloj y calcula que ya sólo le quedan 4 horas de vida. Toca el hombro de su mujer para despertarla, ella se da la vuelta y ya muy enfadada le dice: "Joerrrrrr, ¡cómo se nota que tú no tienes que levantarte mañana!"