Programa de formación inicial (B-10), Roma, 1985/Apartado IV 5

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5. LA SANTÍSIMA TRINIDAD


La revelación del misterio de la Trinidad de Personas en la Unidad de Dios

  • El misterio de la Santísima Trinidad nos ha sido revelado al llegar la plenitud de los tiempos: con la Encarnación del Hijo de Dios y el envío del Espíritu Santo (cfr. Gal 4,4-6; Catecismo, 240 y 243). En el Antiguo Testamento se encuentran únicamente algunas alusiones al misterio trinitario, que se descubren como tales a la luz del Nuevo Testamento79.
  • En los primeros Concilios, la Iglesia ha expresado la fe acerca de este misterio, recibida de los Apóstoles80.
  • "El misterio de la Santísima Trinidad es el misterio central de la fe y de la vida cristiana. Es el misterio de Dios en sí mismo. Es, pues, la fuente de todos los otros misterios de la fe; es la luz que los ilumina. Es la enseñanza más fundamental y esencial en la jerarquía de las verdades de fe" (Catecismo, 234). Es también el misterio de la vida íntima de Dios, a la que hemos sido llamados a participar por la gracia (cfr. I loann 1,2-3).

d) Es un misterio estrictamente sobrenatural, inaccesible a la sola razón (cfr. Catecismo, 237). Una vez conocido por Revelación de Dios, se puede profundizar en la fe, mostrar que no hay contradicción en el misterio, etc., pero el hombre nunca puede entenderlo del todo.

79 Por ejemplo, Gen 1, 26: "Dijo Dios: hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza"; y algunas teofanías como la del Sinaí (cfr. Ex 19,16-20.30).

80 En el primer Concilio ecuménico (Nicea, a. 325) enseñó que el Hijo es "consubstancial" al Padre, es decir un sólo Dios con el Padre (cfr. Catecismo, 242). En el segundo Concilio ecuménico (Constantinopla, a. 381) confesó que el Hijo es "Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado no creado, consubstancial al Padre" (DS ISO), y que el Espíritu Santo "con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria" (DS ISO).

El Símbolo Atanasiano o Quicumque, es un resumen preciso de la fe de la Iglesia en el misterio de la Santísima Trinidad.


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Procesiones, relaciones y Personas en Dios

  • "La Trinidad es una. No confesamos tres dioses sino un solo Dios en Tres Personas" (Catecismo, 253).
  • "Las personas divinas son realmente distintas entre sí. Dios es único pero no solitario (DS 71). «Padre», «Hijo», «Espíritu Santo» no son simplemente nombres que designan modalidades del ser divino, pues son realmente distintos entre sí por sus relaciones de origen" (Catecismo, 254). "El Padre es quien engendra, el Hijo quien es engendrado, y el Espíritu Santo es quien procede"81. Cada una de las Personas es Dios, y no "parte" de Dios; pero cada Persona se distingue realmente de las otras dos.
  • "Las personas divinas son relativas unas a otras" (Catecismo, 255). La distinción real de las personas entre sí reside únicamente en las relaciones mutuas82.
  • Siguiendo las enseñanzas de Santo Tomás, que son particularmente profundas en la exposición de este misterio, se puede decir lo siguiente acerca de las procesiones y relaciones divinas:
  • el Hijo procede del Padre: se llama generación a esta procesión, porque el Hijo procede del Padre precisamente según la semejanza, ya que procede por vía de conocimiento: es el Verbo e Imagen del Padre;
  • el Espíritu Santo procede del Padre y del Hijo de otro modo, que nos es particularmente difícil de comprender: procede de ambos, como de un único principio, por vía de amor mutuo: se llama espiración a esa procesión;
  • de estas dos procesiones (generación y espiración) se siguen cuatro relaciones entre sus términos: paternidad, filiación, espiración activa y espiración pasiva;
  • de estas relaciones, sólo tres se oponen a las demás, y son las únicas subsistentes como Personas divinas: Paternidad (es el Padre), Filiación (es el Hijo), Espiración Pasiva (es el Espíritu Santo).

e) Una es la divinidad (la esencia divina), y una es la omnipotencia, la eternidad, la simplicidad, la bondad, la verdad, la inmensidad, la inmutabilidad.

— En la Santísima Trinidad “todo es uno donde no existe oposición de rela-

ción” . Las Personas sólo se distinguen en cuanto se oponen entre sí. Toda acción ad extra (por ejemplo: la Creación, la acción de Dios en el mundo, etc.) es común a las Tres Personas: una es la esencia, una es la operación (cfr. Catecismo, 258).

f) "Las personas divinas, inseparables en su ser, son también inseparables en su obrar. Pero en la única operación divina cada una manifiesta lo que le es propio en la Trinidad, sobre todo en las misiones divinas de la Encamación del Hijo y del don del Espíritu Santo" (Catecismo, 267). Se llama misión (o envío) de una Persona divina a su

81 CONCILIO IV DE LETRAN, año 1215: DS 804.

82 "En los nombres relativos de las personas, el Padre es referido al Hijo, el Hijo lo es al Padre, el Espíritu Santo lo es a los dos; sin embargo, cuando se habla de estas Tres Personas considerando las relaciones se cree en una sola naturaleza o substancia" (CONCILIO XI DE TOLEDO, año 675: DS 528)

83 CONCILIO DE FLORENCIA, año 1442: DS 1330.


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misma procesión eterna en cuanto que tiene un término temporal. El Hijo ha sido enviado por el Padre (cfr. Mí 15,24; Ioann 17) y el Espíritu Santo ha sido enviado por el Padre y el Hijo (cfr. loann 14,26 y 15,26).

g) "El ser mismo de Dios es Amor. Al enviar en la plenitud de los tiempos a su Hijo único y al Espíritu de Amor, Dios revela su secreto más último (cfr. I Cor 2,7-16; E/3,9-12). Él mismo es una eterna comunicación de amor: Padre, Hijo y Espíritu Santo, y nos ha destinado a participar en Él" (Catecismo, 221).

La vida sobrenatural de las criaturas espirituales es participación en la vida divina intratrinitaria

a) Dios nos ha hecho partícipes de la naturaleza divina (cfr. II Petr 1,4): nos ha divinizado por la gracia sobrenatural, adoptándonos como hijos en el Hijo. El hombre en gracia participa de la vida intratrinitaria del Padre, Hijo y Espíritu Santo. El Paráclito nos identifica con Cristo y nos hace clamar: Abba, Padre! (Gal 4,6).

  • Aunque nuestra adopción como hijos de Dios sea una obra común a toda la Trinidad, se apropia al Padre como autor, al Hijo como a su ejemplar y al Espíritu Santo como quien imprime en nosotros la imagen del ejemplar.
  • Por la gracia, la Santísima Trinidad habita en el alma del justo. El Espíritu Santo va dando tono sobrenatural, divinizando, toda la vida del cristiano84.
  • La vida cristiana es trato y unión con la Santísima Trinidad: con el Padre, con el Hijo, con el Espíritu Santo, que Dios hará culminar en la gloria, donde participaremos plenamente en su misma vida de conocimiento y amor.
  • Jesucristo, perfecto Dios y perfecto Hombre, es Camino, Verdad y Vida (cfr. Ioann 14,6). En cuanto Hombre es Camino para ir a Dios; es Verdad y Vida en cuanto Dios. También es Verdad y Vida por su Encarnación, ya que nos ha revelado el misterio insondable de la Trinidad y nos otorga su gracia. A Jesucristo vamos por Santa María, y también por San José: de la trinidad de la tierra a la Trinidad del Cielo.

Bibliografía básica:

Catecismo de la Iglesia Católica, 232-267.

Lectura recomendada:

Cuadernos 1: Sobre nuestra fe: "La Santísima Trinidad", pp. 9-20

84 Cfr. Camino, 273.