No buscan vocaciones, buscan súbditos

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Por Sancho1964, 24.09.2007


Es patético recordar como siendo numerarios vivimos tan alejados de la realidad y, al salir del opusdei, con el paso del tiempo y el uso sin limitaciones de la razón, llegamos a tener una visión mucho más realista y justa: sinceramente volcada en la realidad.

Esto lo pienso después de leer el envió de Castalio en el que -desgraciadamente- me veo en su momento encarnando ese irresponsable e irracional “afán apostólico”. La gran ligereza y falta de cuidado (ciertamente estupidez) con que los directores cuentan de antemano con una “tasa de fidelidad tan baja” es un síntoma inequívoco de la irresponsabilidad en la aceptación de candidatos: se busca el número y no la verdad de una auténtica vocación. Pocas instituciones tienen tales índices de deserción.

¡Qué falta de respeto! Si algo me ha enseñado la vida es que la dignidad de una persona es cuasi infinita y el respeto que se le debe a cada uno no debe tener límites. Las personas son un fin en si mismas y jamás debemos violentar su realización libre: es lo más íntimo de si. Una consecuencia de esta dignidad de ser persona es que no es justificable “utilizarla” para ningún fin, por noble que éste sea, ya sea éste el mismísimo servicio a Dios. Ruin el que incluso se “utilicen” las vocaciones obtenidas (sic) para justificar la propia; recuerdo lo vano que me sentía –y creo que es un sentimiento institucional provocado- por no lograr vocaciones y, por supuesto, el orgullo y posición de los numerarios “exitosos”.

El opusdei, como institución, tiene una gran falta de respeto por la persona al buscar vocaciones por volumen (¡500! Sería más cuerdo buscar tan solo UNA VOCACION REAL). Al inducir a las personas, sin la debida seriedad y respeto por la individualidad personal, viola el más básico de los derechos: la libertad. Y esto por la irracionalurgente necesidad de vocaciones para atender las innumerables labores apostólicas”. En primer lugar, labores apostólicas -por cierto que el mismo fundador decía al principio que deberían ser las mínimas…- son las que hace cada miembro del opusdei por su cuenta, de forma que no debería existir la susodicha “necesidad” de vocaciones para atender las supuestas labores apostólicas (¿Podriamos imaginar el opusdei sin universidades, colegios, etc. y todos los numerarios trabajando en donde se les diera la gana...? Si no me equivoco, es así como me lo platicaron...).

De hecho, lo que observo, es que en gran medida creen que su apostolado crece y es exitoso en la medida que tienen mas labores corporativas: colegios, universidades… Sin duda esto será porque es el medio que les ha mostrado la experiencia en que influyen más fácilmente en los jóvenes, y por otro lado los presenta ante la sociedad como una gran institución en crecimiento, así contradiga su espíritu inicial. El "tono" con que hablan de proselitismo nos dice que les urgen las vocaciones no tanto por la solicitud por la santificación de las personas sino por la escaséz de "mano de obra".

A lo que voy: Si bien es cierto que cualquier institución busca –y debe buscar en la medida de sus fines- perpetuarse, eso no le da ningún derecho a plantear irresponsablemente la vocación no solamente a personas no idóneas, sino a quienes simple y sencillamente NO LA DESEAN. Antes debería desaparecer la organización entera que faltar a la justicia, caridad, dignidad y libertad de una sola persona, no digamos si se vulnera todo esto de forma institucional.

Gran parte del meollo es sin duda que han simplificado y medido el éxito de su labor por el numero de vocaciones y unificado malamente los términos de apostolado y proselitismo: El proselitismo debería ser una consecuencia lógica –y hasta cierto punto no buscada- de hacer apostolado, y no al revés: el apostolado medido por las vocaciones “obtenidas”. Parece que la realidad se impone y nos revela que el crecimiento tan velóz del opusdei en el pasado no estuvo sustentado en vocaciones REALES.

Todo esto en la medida que la institución amerite su permanencia… A decir verdad, mi pensamiento sobre dicha institución se ha ido modificando con el paso del tiempo. Hace apenas menos de un año pensaba que el opusdei era una institución muy buena en la que había participado y que debí abandonar en su momento con gran culpa, sin entender muy bien el porque. Ahora, después de leer tantos testimonios, escritos y documentos en opuslibros; de hablar personalmente con numerarios “en activo” y aprender a usar mi pobre y limitada inteligencia, estoy llegando a la conclusión –pienso que apegada a la realidad- de que fue una buena iniciativa -incluso podría aceptar que venida de Dios…, a estas alturas ya no lo se…-, pero su materialización ha sido deplorable. Mi vida entera ha transcurrido dentro del ámbito del opusdei y aún me cuesta trabajo pensar que es una institución que nunca debió existir… Ya veremos a que conclusiones llega este devenir intelectual.

Irónicamente ahora me siento muy afortunado por lo que viví en el opusdei. Creo que gracias a la fusión de lo que viví dentro con lo que he vivido fuera ahora soy más realista, me sé cerca de Dios y creo que soy felíz.

Si bien el opusdei ha sido trascendente en la historia, pienso que opuslibros no se quedará atrás. ¿En donde estaríamos todos nosotros si no hubiera existido el opusdei? Más aún, ¿si no hubiera existido opuslibros…? No hay duda que la vida es un misterio.



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