La soledad de las agregadas

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Por Mediterraneo, 28.11.2011


Los fragmentos que se reproducen a continuación están autorizados por la persona que expresa estas opiniones.

“...ahora es lo que tú dices, la vida es distinta, puedes pensar que a mí me consienten porque estoy enferma pero oigo de otras de mi quinta y me cuentan que no van al centro casi nunca, nunca a la meditación, tienen dispensa de hacer curso de retiro (como yo supongo), y así se ve que vamos tirando. He visto gente que no ha pisado el centro en años y después un buen día han vuelto y hala, todos felices como si no hubiera pasado nada. Me imagino que tienen independencia económica porque sino de qué, y claro, hacen lo que quieren. Pero para que perseveren las agd que estoy viendo jóvenes, 25 o 30 años, tendrán que tratarlas muy distinto, no me imagino a la gente de hoy haciendo todo lo que nosotras hemos hecho. Yo ahora no pregunto y lo mío no está siendo mentir sino dejar de contar y preguntar todas las cosas, que así me ha ido en la vida.”...

“...que no, que ahora los centros de agd de labor de San Rafael son de 10 o menos. Los de mayores como el mío con labor de San Gabriel son de unas 25, que somos las que vamos quedando; y las que quedan en mi grupo, porque en unos 5 años la mitad se han muerto, tienen 85, 83, 82... Y pensar que cuando yo pité en 1970 lo hicimos por lo menos 20 agds sólo entre mayo y junio, teníamos la meditación para nosotras solas aparte de las demás del centro y no era mi centro sólo, pasaba en más centros. Los centros eran de 40 o 45 personas con unas movidas increíbles. De esas 20 debemos quedar 5 más o menos. ¡Echo en falta a muchas! Antes pensaba que no coincidíamos, ahora voy atando cabos y se han ido. Por más que digan que somos 80.000, me parece que eso fue con D. Álvaro, ahora ha debido disminuir bastante. No te digo más que en mi centro el día de la consagración de Cristo Rey, fiesta A donde las haya y hace años había tertulia y merienda y qué sé yo, este año fuimos siete contadas, una dos tres hasta siete y ya, y claro, visto lo visto pues no organizan nada en días extras, sólo si es martes o miércoles aprovechando el día del círculo y el de la meditación”.

“... y eso que de agds se habla poco en OpusLibros, sólo n y s, y no parecen darse cuenta de que un n se va de su casa y ve más o menos a los suyos. Un agd vive en su casa pero como en una pensión, da igual que sea Navidad o que sea el cumple de tu madre y estés a punto de empezar a comer y dar el regalo, te llaman: "vente que se ha muerto fulana”, y sales corriendo. Estás pero no estás”

“... y las fiestas, pues lo mismo. Cuando pude estar con mi familia no me dejaban ¿ahora qué? Estaré sola, que es lo normal en una agd, porque cuando pitas no entregas nada porque no tienes nada; es ahora, cuando han pasado los años, cuando te das cuenta que lo has dado todo: un posible marido, hijos, casita en la playa, nietos, cruceros, amigas, etc. Y no me importa porque ya no me importa nada, sólo que eso es lo que tienen mis dos amigas del colegio y lo pongo de ejemplo. Tienen todo eso y a la vez pudieron atender a sus padres hasta la muerte. No quiero decir que suspire por esas cosas porque ya no suspiro por nada, sólo que lo normal en una agd es estar sola, vivimos con los padres hasta que mueren y luego, como me decía mi madre ESTARÁS SOLA. Da igual donde vivas, en tu casa, en un piso compartido o en uno de esos sitios donde viven varias, estás SO-LA”

Sobra cualquier comentario, pero quiero mencionar que es de juzgado de guardia que esa peña siga cacareando que es una familiaconlazosmásfuertesquelosdelasangre cuando nadie importa nada y las agd mayores todavía menos. En verdad las agd siempre han sido clase turista frente a la business class que eran las numerarias y aunque han estado mejor que la low cost que eran las nax (¡por lo menos las agd podían estrenar ropa!), la diferencia era palpable y evidente.

He comentado este asunto aquí con anterioridad (05/11/2010) y no vale la pena repetir nada más que hoy en día, hablo de España porque desconozco la realidad de otros países, hay un montón de agd solas en la mayoría de grandes ciudades, viviendo como pueden o como Dios les da a entender, atendidas cuando lo necesitan no por nadie de esa peña en ningún caso sino por personas asalariadas. ¿Qué se ha hecho de tanto comentario de escrivá acerca de que nadie de casa estaría jamás solo? ¿Acerca de que esa peña era el mejor lugar para vivir y para morir? Para morir por supuesto, se recibe a la muerte con los brazos abiertos y una alegría infinita porque por lo menos acaba un@ con semejante infierno de existencia. Pero para vivir... corramos un tupido velo.




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