Frustraciones de l@s supernumerari@s

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Por Salypimienta, 8.09.2008


Leyendo el escrito de Versus, me siento de verdad conmovida. Es cierto todo lo que dice, en cuanto a mi, siento que abandonar la obra sería algo así como un divorcio. Podría decir, que muchas veces las personas de la obra (somos muchas), nos sentimos como en uno de esos matrimonios disfuncionales, que te quitan más que te dan, en el que te sientes acorralada, abusada, menospreciada, y aún así sigues casada por infinidad de motivos que son válidos, aunque nadie de fuera lo pueda comprender.

El Opus Dei es una institución que exprime a sus miembros en todos los sentidos imaginables. Cuántas veces no hemos oido ahí dentro que en la obra todos vamos a servir, nadie va a ser servido. La autoestima es vista como soberbia, y como es un vicio, tratan de quitártelo a como dé lugar. La alegría se ve como desorden del carácter, la amistad es un pecadazo, por que no debes apegarte a nadie, la caridad y la misericordia únicamente se practican con fines benéficos para la prelatura, la generosidad igual. Dicen que el Opus Dei no saca a nadie de su sitio, pero esa es otra mentira, te sacan de tu entorno familiar (no debes estar apegada a tu familia de sangre), te sacan de tu entorno social, por que las amistades particulares no son aceptadas, las unicas relaciones que puedes tener son aquellas de las que la obra, por tu conducto, puedan sacar también algún beneficio. Creo que por eso, las personas que dejan el Opus Dei salen hechos unos guiñapos. No se puede pasar el tiempo que sea en un lugar en el que tienes que doblegar tu personalidad las 24 horas del día sin que te pasen todas las calamidades psicológicas, emocionales y espirituales.

Una muy querida amiga ex-numeraria, me dijo hace poco, que cuando salió de la obra se sintió como una niña de tres años perdida en el bosque en medio de la noche. Para ella lo más difícil fue acostumbrarse a ser ella misma. Estaba tan paranóica, que cuando se reía a carcajadas pedía perdón, porque se imaginaba que le iban a hacer una corrección. Otra muy amiga ex supernumeraria, me contó que cuando salió de la obra, lo más duro para ella fue acostumbrarse a no tener que organizar la vida alrededor de las normas del plan de vida. Y eso que aquí la mayoría conocemos los malabarismos que tenemos que hacer, especialmente las spn. y las agregadas para cumplir con las normas. Para las num., aunque lo nieguen es mucho más sencillo, tienen todas las facilidades en su propia casa. Un sacerdote amigo -que no es de la obra- el día que se enteró de toooodo lo que rezaba durante el día me dijo con cara de espanto: -Es que todo eso no lo ha de rezar ni el Papa, seguro que por eso estás tan flaca y tan cansada-. Y eso que este sacerdote es un santo por los cuatro costados y tiene 50 años de ejercer su ministerio, por lo que no es muy fácil que se espante de nada.

Algunas num. se escandalizan cada vez que oyen en la charla que no haces las normas completas ni bién. ¡Porfavor!, ellas no tienen casa que atender (eso lo hacen las heróicas auxiliares), ni niños que cuidar, ni esposo que procurar. Rara vez tienen que ir a la Parroquia más cercana a la Misa, a la Visita, nadie les molesta cuando están la Oración, que por cierto, hacen en el Oratorio de su centro igual que la lectura, el examen, el Angelus, etc. Una, pobre mortal, tiene que rezar el Rosario como puede y en donde puede igual que el resto de las normas; no tiene que hacer la Oración de la mañana después de haber pasado una noche infernal por que al hijo más pequeño le dió otitis y se pasó gritándo y llorando toda la madrugada. Y es que ¡claro!, el día que tuviesen que hacer todo lo que hace un/a spn., ibamos a ver cuánto amor a Dios iban a tener para cumplir el plan de vida con tanta piedad. Gracias a Dios no todas son así, hay algunas que tienen criterio (porque de verdad que también hay numerarias buenísimas), y que con mucho sentido común te proponen aligerar el dichoso Plan de Vida casi a la mínima expresión.

Blup dijo en su escrito lo de las convivencias de spn. y estoy totalmente de acuerdo con ella, encima de que vas a encerrarte una semana entera a un lugar aburridísimo, te cobran un dineral casi como si fueses a pasar unas vacaciones a un hotel de 5 estrellas. Yo una vez tuve que fingir que estaba muy enferma para regresarme de la convivencia a mi casa porque por mala suerte nos tocó una numeraria insoportable y un sacerdote realmente cargante, el dichoso padre era (yo creo) "fan" de Torquemada porque nos torturó con sus clases, meditaciones y demás, peor que a los herejes en la inquisición, y es que el buen hombre era un amargado de lo peor, además de misógino. Por si fuera poco, era de ésos que está convencido de que Dios mismo hablaba por su boca y ya se imaginarán.

Cada vez estoy más convencida, de que la única manera de conservar la cordura dentro del Opus Dei, es poner en tela de juicio todo lo que te dicen allí dentro. Cuando estés a solas debes analizarlo, y después con esa enorme libertad que tenemos los seres humanos, tomas lo que te parece razonable, y las cosas que te resultan ilógicas, inmorales, estúpidas, anormales o irrealizables, las sacas de tu vida inmediatamente y para siempre. Eso si, hay que estar concientes de que el Espíritu Santo nos dá mociones a TODOS, no solo a las directores/as, y - no me acuerdo quién lo dijo- ¡¡¡POR ENCIMA DE LA OBEDIENCIA ESTA LA CARIDAD!!!



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