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Summary

Por E.B.E., 7 de Mayo de 2021

El hecho de que el Opus Dei hubiera actualmente cambiado en sus formas de conducirse no sería un argumento válido para olvidar los abusos que ya cometió a lo largo de todo su pasado, como alguien que dijera "no trabajo más de eso, me dedico a otra cosa". Pero, si ese argumento el Opus Dei lo sigue desenfundando cada vez que alguien intenta poner el foco sobre el pasado institucional, significa que a más de uno consigue confundir e incluso convencer, por no decir engañar.

Lo pasado no está olvidado: el Opus Dei debe dar cuenta de ello, por más que intente huir a toda velocidad hacia un futuro menos riesgoso e incluso glamoroso.

Mientras el Opus Dei sueña con un panorama mejor (basta ver la carta de Ocariz de octubre de 2020), reformando incluso de manera silenciosa su modo de organizarse, parece acercarse la hora de las ex numerarias auxiliares, lo cual sería para el Opus Dei el cumplimiento de la pesadilla tan temida: la resurrección de un pasado al cual confiaba ya enterrado para siempre.

Por más reformas que intenten implementar sus superiores, parece improbable que el Opus Dei llegue a tiempo, a neutralizar el reclamo de las ex numerarias auxiliares (que por cierto, beneficiará a las que aún siguen siéndolo).

Una estrategia, en relación a la vocación de numerarias auxiliares, parece ser la del cambio sociocultural: ya no buscar vocaciones entre sectores sociales de "bajos recursos" sino apuntar hacia una clase media (o clase media baja, pero no demasiado baja), junto con un rediseño de la vocación de numeraria auxiliar, haciéndola más atractiva.

Para que dicho plan tuviera éxito, debería implicar una mejora de las condiciones laborales respecto del pasado, porque claramente en el Opus Dei han aprendido que no se puede continuar con las mismas prácticas y hábitos de décadas pasadas (algo semejante parece suceder con el resto de las vocaciones célibes dentro de la prelatura). También deberían cambiar otros aspectos, como los "religioso-conventuales" propios de la vocación al Opus Dei de los célibes, tantas veces comentados en Opuslibros.

Más allá de cuán exitoso pueda ser este plan, en parte dado a conocer por Ocariz de manera tácita en su carta de octubre de 2020 al presentar a modo de brochure (folleto) las distintas "opciones" vocacionales que "ofrece" el Opus Dei, el reclamo de las ex numerarias auxiliares está lejos de haber quedado en el olvido.

No está nada claro cómo se reconstruirá esa parte del Opus Dei que forman las numerarias auxiliares sin que las nuevas vocaciones tomen conciencia de lo que han sufrido quienes les precedieron en esa misma función dentro de la prelatura.

¿Por qué confiar en una institución cuyos responsables no han tratado bien a la gente, y en concreto, a las numerarias auxiliares?

De más está decir que dichos cambios no harán más que evidenciar las denuncias de todos estos años llevadas a cabo por las ex numerarias auxiliares y de manera particular su discriminación social (sólo a ellas no se les permite cambiar de profesión). Debido a que el Opus Dei realmente tiene necesidad de numerarias auxiliares (como dice Ocariz) y a que se han quedado sin vocaciones suficientes dispuestas a sacrificarse (cfr. Crisis del heroísmo), tiene ahora que salir a negociar un nuevo contrato vocacional pero esta vez apuntando a atraer personas de clase media o al menos evitando acudir a los sectores sociales que tradicionalmente eran el semillero de numerarias auxiliares. ¿Por qué?

Para que sea posible la tradicional vocación de numeraria auxiliar debe haber necesariamente fuertes condicionamientos socioeconómicos (necesidad) y cierta ilusión de progreso (el anzuelo) y no es casual que muchas ex numerarias auxiliares fueran atraídas por dicha vocación debido a los "estudios superiores" que supuestamente implicaba, junto por supuesto a la idea de entregarse a Dios. ¿Qué sucedió con ese progreso?

No es que las numerarias auxiliares no podían progresar sino más bien que no debían progresar, porque entonces, ¿quién ocuparía su lugar?

Ya sea por Internet, ya sea por el número de numerarias auxiliares que abandonaron el Opus Dei, tal vocación ha llegado a su límite. No va más. Muchas numerarias auxiliares han tomado conciencia de los abusos padecidos y han dicho "hasta acá llegamos". La ventaja que tenía el Opus Dei en el pasado hoy se vuelve en su contra: el engaño funciona en la medida en que se ignora su existencia, pero una vez expuesto, no hay vuelta atrás. Opuslibros fue central en este proceso de toma de conciencia.

La vocación de numeraria auxiliar para personas de clase media debería competir con el resto de las opciones que se puedan presentar. ¿Por qué ser numeraria auxiliar in aeternum –sin posibilidad de abandonar el trabajo de servicio doméstico por el resto de su vida- cuando se puede estudiar y progresar económica e intelectualmente?

No funciona el argumento de "la entrega a Dios" para obligar a aceptar una vocación que impida todo progreso, porque en tal caso Escrivá habría logrado que entre los varones hubiera "numerarios auxiliares". No lo intentó porque sabía que iba a fracasar.

Algo semejante les ha sucedido a tantas numerarias y numerarios que ingresaron pensando en santificar su trabajo profesional y terminaron renunciando a todo progreso por un encargo interno impuesto por los directores. Ya lo decía Escrivá en 1974: todo ha de someterte, así, someterte.

Lo difícil es convencer a alguien de que se entregue a Dios mediante un planteo de empeoramiento personal. Lo difícil es que alguien entre al Opus Dei sabiendo cómo acaba la historia.

Pero así es como termina la vocación de tantas y tantos en el Opus Dei, ya sea en el caso de las numerarias auxiliares como del resto de las personas célibes a los cuales se les exige quemar las naves, y como bien aconseja el artículo resaltado, eso es algo que no hay que hacer nunca, entre otras cosas, porque el mismo fundador no lo hizo (cfr. su testamento ausente).

El Opus Dei afirma que «es una estupenda realidad que las numerarias auxiliares procedéis de todos los ambientes» (Ocariz). Un censo desmentiría dicha afirmación: existe un claro vínculo entre la vocación de numeraria auxiliar y las clases humildes de la sociedad, del mismo modo que existe un claro vínculo entre la vocación de numerarios (varones) y la clase media universitaria. Lo que ahora estaría buscando el Opus Dei, mediante esa afirmación tan "cándida" de Ocariz, sería desvincular la vocación de numeraria auxiliar respecto del estrato social al que tradicionalmente se acudía en busca de vocaciones.

El nuevo contrato vocacional pondría el acento en una relación con la prelatura más atractiva, reconociendo derechos denegados en el pasado. No por una cuestión de rectificación –como debería ser- sino de necesidad, tal vez de cierta desesperación, por conseguir quien cumpla las funciones que cumplían las tradicionales numerarias auxiliares.

El Opus Dei se vería obligado a cambiar lentamente el diseño de la vocación de numeraria auxiliar, en definitiva. Que ello vaya a tener éxito, es una cuestión muy distinta.