Entrevista radiofónica a Ana Azanza

From Opus-Info
Jump to navigation Jump to search

Transcripción de la entrevista en Radio Ubeda Cadena Ser a Ana Azanza, realizada el 10 de diciembre de 2005

Programa “La librería”, entrevistador: Luis Foronda


LUIS FORONDA: Vamos ya con nuestra invitada de hoy.

“Ahora mismo me parece increíble que yo haya presenciado tantas cosas extrañas y no haya pedido una explicación. Si lo hubiera hecho, quizás me hubiera marchado de la obra en ese momento. Pienso que hubiera sido una manera de ir tirando del hilo para sacar el ovillo. Pero entonces el Opus Dei era indiscutible en mi mente. Estaba tan “enamorada” de mi vocación, del camino, de que mi vida era maravillosa con la oportunidad de ayudar a tanta gente, de trabajar, de difundir ese mensaje de la santificación en medio del mundo, que el ideal me impedía ver lo que tenía delante de las narices: las numerarias enfermas producto de un sistema que reprime al máximo los mejores sentimientos de las personas. No podía verlo” (pp. 161-162 del libro “Diecinueve años de mi vida…”).

Este fragmento que acabo de leer se encuentra el libro que os recomendamos esta semana “Diecinueve años de mi vida caminando en una mentira, Opus Dei”. Un libro espléndido que cuenta con todo lujo de detalles, con pasión y valentía, una mujer que fue durante diecinueve años numeraria del Opus Dei, una mujer que conoce todas las caras de la institución y que un día decidió alejarse de ella, Ana Azanza Elío. Ana Azanza es doctora en filosofía y profesora en el instituto de enseñanza secundaria Sierra Mágina de Mancha Real (Jaén). Nacida en Pamplona, vive y trabaja en Andalucía desde 1996. Ha publicado, además de algunos artículos en revistas especializadas, otros tres libros de filosofía, Catálogo de pensadores navarros (siglos XII-XX), El conocimiento de Dios según Pedro de Atarrabia, Sobre el régimen del mundo de Miguel de Ulzurrun (1525). Es miembro de la Asociación española de filosofía medieval, de la Asociación de Hispanismo filosófico y de la Asociación andaluza de filosofía. Ana Azanza, buenos días ¿qué tal?...

Ana Azanza: buenos días


LF: ¿Qué tal? ¿cómo estás?

AA: muy bien.


LF: Yo tenía previsto hacerte esta pregunta al final. Pero después de leer tu libro uno se queda tan impresionado con lo que ha leído que creo que la primera pregunta que debo hacerte es ésta: se dice en el opus a modo de amenaza, “si te vas del opus nunca serás feliz”. Después de tomar esa decisión de abandonar la obra con todos los problemas que ello conlleva de los que hablaremos más adelante, la pregunta parece obvia. Ana ¿eres feliz?

AA: sí.


LF: Muy bien. Este libro que enseguida llama la atención cuando lo ves colocado en un escaparate, en una librería, porque tiene un título atrayente, y además esta tu fotografía, una fotografía que ocupa toda la página, en seguida uno dice que aquí hay una mujer valiente dispuesta a contar la verdad. Ana ¿cuánto de valentía hay en ti, cuánto hay de arrojo, cuánto hay de venganza a la hora de escribir este libro?

AA: La pregunta es muy amplia, lo que sí te puedo decir es que el motivo del libro es que otras personas no pasen por donde yo pasé. Sencillamente ese es el motivo principal.


LF: Como bien dices en el libro, por obligación de conciencia.

AA: Pues creo que sí, es lo que me ha movido a escribirlo y a escribirlo con esa claridad.


LF: Vayamos por partes. ¿Qué razones empujan a una chica tan joven, una niña en tu caso, a entrar en la Obra, a pitar como se dice en el Opus? ¿Cuánta importancia tiene la familia, tienen los amigos en el momento de entrar en el Opus?

AA: realmente el motivo para que alguien se haga del Opus con 16 años es la coacción, no hay otro. Eres una niña, eres una persona que no estás formada, no tienes un conocimiento del mundo y de la vida, y el Opus Dei se sirve de tu ignorancia para hacerte creer que no es una ocurrencia de la persona del opus que te dice que entres, sino que es algo divino, algo que viene de Dios. Por otra parte que duda cabe, que mi familia era católica, muy creyente, para mí la fe es algo que he tenido desde la infancia, se fiaron del Opus Dei como de una institución que guardara las esencias del catolicismo, que yo creo que esa es la imagen que el Opus Dei quiere dar de sí mismo.


LF: Cuéntanos como fue tu vida de numeraria en Pamplona. Dices en tu libro con esa imagen de que “Pamplona se convirtió para mí en una pista de atletismo” corriendo de un sitio para otro, ¿Cómo fueron tus primeros años en Pamplona?

AA: Mis primeros años, al principio lo que ocurre cuando una persona se hace del Opus es que se aparta de la vida normal. Si eres numeraria se supone que vas a vivir en celibato apostólico, es decir, no te vas a casar porque Dios te lo ha pedido. Entonces lo primero que ocurrió fue que los chicos desaparecieron de mi horizonte, y además yo lo acepté como un sacrificio, como algo que venía…


LF: impuesto.

AA: impuesto y además como algo que venía de Dios, como si me hubiera hecho monja, o hubiera emprendido cualquier camino. Soy una persona que soy responsable y si creo que algo lo tengo que hacer y me convenzo lo voy a vivir. Eso por una parte. Por otra parte en el opus dei cuando eres muy joven se llena tu vida de actividades, te hacen trabajar en muchas cosas, para que tengas el tiempo lleno, a tope. Y toda la juventud pasada en el opus dei se aprende sólo una cosa, a llevar gente al opus dei, lo que ellos llaman hacer apostolado que consiste en con aquellas compañeras de trabajo o de estudios, intentar ver a quien puedes atraer hacia el opus dei.


LF: Háblanos de tus años de Francia, es quizás la etapa más feliz de tu vida, esos años transcurridos en Francia en Les Ecoles.

AA: la verdad es que es una etapa vivida en la inconsciencia. Probablemente lo cuento con cariño porque la experiencia de conocer otro país es un cosa que se queda muy dentro. También la ruptura con el propio país cuesta, y luego al final le coges cariño. Pero claro en el fondo estaba engañada, no tiene mucho sentido. Además debo decir que si yo no hubiera sido del opus dei por mi familia, por mis padres, si les hubiera dicho que quería ir a Francia también lo habría hecho. No es que vayamos a pensar que he tenido esa oportunidad como alguien me ha dicho. Pues no, el opus dei ha sido para mí una cárcel y una pérdida de tiempo. Eso lo tengo claro. Y como digo en Francia también lo que yo destacaría es el aprender a llevar a la gente al opus. Otra cosa muy distinta es que me he dado cuenta de que por mi manera de ser aunque esté en el mismo infierno soy capaz de sacar cosas positivas, por ejemplo de aquella época amigas a las que todavía escribo. Pero eso no se lo debo al opus.


LF: Tus últimos años en el Opus discurren en Andalucía, cuéntanos de esa etapa ¿Cómo fueron tus años en Andalucía, en Jaén, tus visitas a Ubeda?

AA: Para mí Andalucía fue caer del caballo. La gente de Pamplona, la gente del opus, cuando dije que había conseguido mi plaza en el instituto en Jaén además, me compadecía. Era como el culo del mundo, lo tengo que decir así porque para la gente del opus Jaén es lo último de lo último, no es una ciudad que tenga caché. Pero como digo soy una persona optimista y no me paré en eso, y como resulta que sigo siendo una persona creyente, ahora miro hacia atrás y veo providencial el haber llegado a Andalucía. ¿Por qué lo veo así? Porque me alejé de Pamplona, en Pamplona mi familia era del opus, mi trabajo era el opus, estaba en la universidad de Navarra, mi casa era el opus, era el opus constantemente de día y de noche, las 24 horas. Cuando llegué a Andalucía empecé primero a trabajar en un instituto público a relacionarme con otras personas que no tenían nada que ver, y fue un contacto con otras realidades, con otra gente, con personas de otras ideologías y sorprendentemente fue una manera de conectar más con el mundo, con la realidad y salir un poco de la órbita opus que en Pamplona, incluso hoy, es verdaderamente agobiante. Eso fue Andalucía.


LF: ¿Y Ubeda concretamente?

AA: Ubeda también fue una gran oportunidad, porque cuento en el libro como yo me había relacionado con gente muy mayor en el opus dei, porque me ponían con la gente acabada, con las personas muy mayores, con los desechos para que yo no me expansionara demasiado ni contagiara mi estilo. Y en Ubeda resultó que por circunstancias estaba con gente más joven, y Ubeda está a 50 km del centro del opus más próximo, con lo cual yo venía aquí y me sentía feliz. No podía achacarlo al hecho de que me estaba alejando de lo que es la estructura, de lo que es la cárcel pero era eso. Me sirvió muchísimo. Yo le tengo mucho cariño a esta ciudad.


LF: ¿Cuáles son a tu juicio las normas de la obra más llamativas, o más escandalosas o más terribles para alguien ajeno al opus?

AA: Para alguien ajeno al opus, es que sería empezar y no acabar. Si este libro tiene cuatrocientas páginas y no cuento todas las normas podría escribir otras cuatrocientas páginas con normas, porque el opus dei es un conjunto de normas que ni los judíos de los tirabuzones las viven tantas. Yo he dormido en una tabla con una pequeña sábana encima, me he puesto un cilicio, que es un cinturón de pinchos, en el muslo me lo he puesto dos horas al día durante 19 años, todos los días excepto los domingos…¿qué más he hecho? Cantidad de cosas.


LF: ¿En qué momento de esos 19 años te das cuenta de que estás caminando en una mentira, Ana?

AA: fue en el año 2001, no es un momento, la convicción que yo tenía era tan fuerte que eso no se puede arrancar de tu persona en un momento. En el año 2001 empezaron a pasar muchas cosas tanto en mi centro, como en mi trabajo, como en mi familia, una cosa detrás de otra que me hicieron empezar a despertar, empezar a reflexionar, empezar a ver que aquello en lo que estaba metida no era tan verdad como yo creía. Lo voy a resumir en una frase me dí cuenta de que yo era una persona que intentaba vivir todas las normas al pie de la letra como me lo habían enseñado siempre, y me dí cuenta de que la gente que estaba a mi alrededor, de 50, de 60 años, numerarias, no las vivían, y era yo la que les recordaba el espíritu, encima me llamaban loca. “Tú estás mal vete al psiquiatra”, esto de que me dijeran vete al psiquiatra cuando yo dormía perfectamente y estaba perfectamente, esto fue algo que me pareció tan increíble que ahí hubo ya una primera ruptura.


LF: ¿Cómo fue el proceso de alejamiento del opus dei? Supongo que muy doloroso…

AA: muy doloroso. Es un juego en el que ellos juegan mucho con tus sentimientos porque tú estás muy apegada, entonces para hacerte ver que te estás portando mal, ostracismo, darte de lado, quitarte tareas, lo vas sufriendo porque tú estás muy apegado a eso, pero no sé como explicarlo, hay que ir caminando, hay que ir asimilando, hay que ir descubriendo. Para mí hay un momento que lo cuento en el libro, en medio de todo lo que estaba pasando, me gusta mucho la sierra, me gusta mucho la naturaleza, me siento como un árbol pero que camino. Ese apego que siempre he tenido a la naturaleza y a la vida, ha sido algo que me ha hecho comprender que eso sí es obra de Dios, que las obras de los hombres siempre se quedan por debajo. No sé si se me entiende lo que quiero decir… Ese tipo de cosas a mí me han ayudado mucho a reflexionar y a cambiar.


LF: ¿Y desde el punto de vista interno? Dices que sigues siendo una mujer con una fe muy profunda, ¿de qué manera ha afectado a tu fe el salir del opus?

AA: Tú dices profunda, no sé qué me pasa a mí con la fe… yo creo que en la leche que mamé había fe… no lo puedo expresar de otra manera porque es que es algo que no me podría entender a mí misma sin ella. Lo llevo dentro, me he criado así, y no me puedo ver de otra forma. Y desde luego creo que mi fe se ha arraigado, profundizado y es una fe más sincera porque no es fe en personas, sino lo que es la fe, creer lo que no se ve.


LF: No sé si es que soy muy iluso, pero es que no entiendo como estas normas de funcionamiento que tú dices, estas normas de comportamiento que son muy parecidas a las de una secta, en todo caso muy clasistas, muy integristas, ¿cómo es posible que sigan realizándose con aparente impunidad, y que no ya la Iglesia sino el Estado, no las persiga o no las ataje?

AA: Exacto, yo también estoy muy sorprendida, es que el opus dei es muy poderoso. El opus dei tiene una fachada de religiosidad, pero luego tiene mucho dinero, da mucho trabajo a mucha gente. Siempre pongo el ejemplo de Pamplona, en Pamplona media ciudad trabaja en la universidad de Navarra, y es una realidad que muchas personas pueden saber más o menos los abusos que hay en el opus dei, lo pueden sufrir pero es que su trabajo depende. Y mucha gente sigue dentro porque tiene un puesto de trabajo, esto es una cosa. Luego el opus dei está muy arraigado en determinadas familias, hay gente que llega a poner al opus dei por delante del cariño a sus hijos. He oído hablar que cuando una persona se hace numeraria se olvida de sus padres, y es verdad que se separa de su familia. Pero es que lo contrario también pasa, ahora mismo hay gente que si sale del opus vuelve con sus padres y es como si no hubiera salido, porque sus padres son del opus y no la ven como una hija que ha sido maltratada sino como un desecho, como una persona infiel. Es una red social la que tenemos en España que yo creo que si esto sigue así, tenemos un largo camino que recorrer.


LF: ¿Qué relación tiene la obra con la Iglesia? Tú admiras profundamente a Juan Pablo II, su figura histórica, ¿qué relación mantenía con Juan Pablo II y qué relación mantiene con la actual jerarquía de la Iglesia?

AA: No te has fijado en que en la introducción del libro nombro a Ratzinger. Este libro está escrito en 2004, un año antes de que fuera elegido papa, y ya digo que no sé si fue en el año 1990 que a Ratzinger lo invitaron a la universidad de Navarra y lo hicieron doctor honoris causa. La verdad es que mi admiración por Juan Pablo II ha bajado unos cuantos grados porque he ido viendo que efectivamente muchas de las cosas que el opus dei tiene hoy en día se las debe al papa Juan Pablo II. Lo siento mucho por él, yo admiro cosas en su vida pero creo que se equivocó, se equivocó al dar tanto paso al opus dei. Y este papa también. Ahora mismo a poco que uno mire el opus dei está presente en la iglesia y en los medios de comunicación. En estos momentos no tengo imágenes concretas pero sé que están muy metidos en el Vaticano. De hecho es muy sorprendente la elección de este papa, no es normal la unanimidad que hubo.


LF: Hay un página web estupenda que es http://www.opuslibros.org/, una web que como bien se dice está para saber más del tema, hecha por ex miembros del opus dei que han recuperado la conciencia, la consciencia y la cordura, está hecha para ayudar a los que se quieren salir, a los que han salido, a los que no quieren entrar. Es una web que tú recomiendas también…

AA: claro, y cualquiera que tenga algo que contar que lo cuente ahí, porque hay mucha gente con experiencias.


LF: A través de esta web también podéis adquirir el libro, que está editado por editorial el Olivo de Ubeda, podéis haceros con él a través de esta página www.opuslibros.org o acudiendo a la editorial. Con tu experiencia también supongo que puedes contestarnos a esta última pregunta ¿A dónde conduce el camino del opus dei?

AA: a ninguna parte, a la desesperación y al suicidio.


LF: Para terminar voy a leer la última parte del libro que dice: “han sido el suelo que he pisado y el cielo que me ha cubierto durante diecinueve años hasta que tuve el valor de abrir los ojos, despertar y darme cuenta de que mi vida en la obra ha sido “la mala noche en la mala posada” de santa Teresa, porque no hay mayor infelicidad que vivir metida en una mentira y no ser consciente de ello”.

Pues esta es Ana Azanza, feliz, profesora de filosofía, escritora y una mujer valiente que ha decidido contar la verdad después de haber estado 19 años viviendo en la mentira. Este es su manifiesto, este es su confesión, en este libro editado como digo por la editorial el Olivo. Ana Azanza gracias por estar aquí y hasta otro día.

Ana Azanza: gracias a ti.