Empresas de paja

Por Nachof, 26.10.2007


El Diccionario de la Real Academia Española define “hombre de paja” como “el que actúa al dictado de otro que no quiere figurar en primer plano”. Pues bien, la prelatura personal del Opus Dei es algo más amplio. No solo tiene hombres, sino también empresas que se pueden denominar también de paja, puesto que es la institución fundada por San Josemaría Escrivá de Balaguer y Albás la que actúa, aunque oficialmente no figure su nombre. Veamos algunos casos.

Los numerarios y agregados del Opus Dei entregan mensualmente la integridad de su sueldo. Las cantidades han sido entregadas en los bancos con cheques que deben estar firmados por un miembro del Consejo Local (director, subdirector o secretario) y por el propio interesado. De ahí que cuando te vas de la Obra puedes tener dificultades para sacar dinero. A lo largo del mes, numerarios y agregados sacan dinero de la caja del centro para cubrir sus necesidades. En mi caso, que vivía con mi madre, era una dificultad añadida...

El Opus Dei cuenta con un bufete de abogados, cuya sede está en la calle José Ortega y Gasset número 17 bajo de Madrid, en el que se llevan muchos de los pleitos de la organización fundada por el. Santo Marqués de Peralta. Tengo comunicaciones de este bufete, en distintos años, con los siguientes nombres: “Asesoramiento y Gestión General, S.A.”, “Viviendas y Culturales, S.A.”, “Gestora Inmobiliaria Guadarrama, S.L”, “Servicio de Estudios, S.A.”, y “Desarrollo Social, S.A.”. Esto forma parte de la historia de todo el dinero que entregaba cada mes en el Opus Dei y que casi nunca me enteraba dónde había ido a parar.

Algunas de estas sociedades se dirigieron a mi en los últimos años de pertenencia a la prelatura y me informaron dónde se había canalizado mis “inversiones” en distintas sociedades, que, a su vez, casi nunca conocía, como no fuera el Colegio Mayor Moncloa, donde realicé varios cursos de retiro en Navidades o la casa de retiros “Los Enebros”, cercana a Navalagamella y a San Lorenzo del Escorial en la provincia de Madrid.

Un abogado, cuyas iniciales son M.C.A, y es numerario del Opus Dei, me escribió una carta en 1994 que encabezaba del modo siguiente: “Tengo el gusto de enviarle la información que solicitaba: se relaciona el número de títulos, el valor nominal de los mismos, las compras y ventas realizadas en 1993 y el valor efectivo, es decir, el número de títulos multiplicado por el valor teórico, todo referido a 1993. Ninguna de estas entidades ha repartido dividendo ni beneficio alguno durante el ejercicio de 1993”. Para las dudas, en relación con los datos de las acciones y operaciones efectuadas”, M.C.A. rueda ponerse en contacto con J.L.M.R., agregado del Opus Dei, con el que estuve en varias convivencias de verano a lo largo de mi vida. En la Obra de Dios los numerarios mandan y los agregados (antes se llamaban oblatos, y antes aún se denominaron supernumerarios internos) les obedecen, puesto que los numerarios son los que llevan la batuta, dirigen, en estos casos. Entonces, la moneda de España era la peseta y el valor era en pesetas.

Lo curioso de todo es que M.C.A. no enviaba el escrito de mis inversiones con el mismo membrete o de alguna de las sociedades citadas, sino que en una hoja en blanco podía leerse:

SOCIEDAD    NUMERO TITULOS        NOMINAL          EFECTIVO TOTAL
--INCUSA                 100          100.000          100.200
--INFORSA              1.200        1.200.000        1.209.600
--IPSOSA               1.500        1.500.000        1.500.000
--LOS ENEBROS          1.000        1.000.000          813.000
--REFORSA              3.500        3.500.000        3.314.500
--SERVICIO DE ESTUDIOS   500          500.000          773.500
--SOINISA                950          950.000          884.450
--VIACSA B               250          250.000          313.500
              _______________        _________         ________
TOTAL                  9.000        9.000.000        8.908.750

Debo aclarar que, en otro escrito se me aclaró los nombres concretos a los que correspondían las sigas de las citadas sociedades: INCUSA es Desarrollo Social, S.A.; INFORSA, Iniciativas de Formación Social, S.A.; IPSOSA, Iniciativas de Promoción Social, S.A.; LOS ENEBROS, Promociones Culturales Los Enebros, S.A.; REFORSA, Realizaciones Formativas, S.A.; SERVICIO DE ESTUDIOS, Servicio de Estudios S.A.; SOINISA, S.A. de Iniciativas Sociales; y VIACSA B, Viviendas y Actividades Culturales, S.A. Como se ve las palabras “sociales” es algo frecuente en el Opus Dei. Durante los años que fui agregado casi nunca lo observé, como no fuera el Colegio Tajamar, en la barriada popular de Vallecas de Madrid. Algunos amigos me comentaban que eso era una tapadera para justificar. Yo prefiero llamarles “sociedades de paja”.

En un sobre entregado en mano en el centro al que pertenecía, se incluía un escrito dirigido a mí, firmado por el administrador de la Delegación de hombres de la Obra de Madrid Oeste, A.P., en el que me decía: “Para tu información, te comunico que en el año 93 orientamos tu aportación a las labores hacia Realizaciones Formativas S.A., que es una entidad propietaria de instrumentos apostólicos (p. ej. La sede del Club Codaste, Club Cyara, Griñón, etc).

Lo más curioso es la aclaración de A.P: “No obstante, por diversos motivos, la entidad decidió a primeros de este año no ampliar su capital y devolver el importe recibido. Así pues, a finales de marzo, recibimos un talón al portador por este importe, que volvimos a orientar –también a tu nombre—a las labores; en este caso, al Centri Internazionali de de Estudi e Convegni en Roma (CISEC). Como quizás sepas, esta entidad recoge ayudas para el Ateneo Romano, etc”.

CISEC (Centri Internazionali Studi e Convegni) es otra empresa del Opus Dei, cuya dirección es Viale Gioacchino Rossini, 26, 00198 de Roma. El 5 de abril de 1994, recibí un escrito firmado por su apoderado, J.S.G., en el que decía lo siguiente: “Con la presente, le agradecemos el envío de 1.600.000 pesetas, recibido mediante el cheque n. 7740151, del Banco Barclays Bank, en concepto de contribución a las finalidades estatutarias de esta Associazione CISEC (Centri internazionali di studi e convegni). Y añadía: “Agradecidos por su concreta colaboración, le enviamos nuestros más cordiales saludos”. Como se ve, el nombre de la empresa que citaba el administrador de la Delegación era un poco diferente al del original.

Cuando me fui de la Obra, hasta 2000 (se me dio de baja el 20 de enero de ese año) me siguieron enviando cartas en las que se me convocaba a las juntas generales ordinarias de algunas de estas sociedades. Aunque yo no firmé jamás la baja en estas empresas, jamás volví a ser convocado, ni se me informó de las acciones que poseía. Yo también era un hombre de paja.



Original