Más sobre numerarias auxiliares

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Por Carmen Charo, 2.02.2009


También quiero comentar sobre la nueva discusión acerca de las numerarias auxiliares.

Yo he estado en la administración 10 años y he visto de todo, pero tengo que decir que más daño me han hecho las numerarias que las auxiliares. Me parece que una numeraria (normalmente de consejo local) tiene muchos más recursos para dar cauce a sus frustraciones y rebeldías que una auxiliar. Las que han conseguido no volverse locas tras unos cuantos años en el Opus Dei, cuentan con toda mi admiración. Y suscribo con Ala que a veces aquí las seguimos tratando como si fueran niñas tontas. Yo os puedo decir algunas cosas que viví en la administración y hacen referencia a su vida. Decidid si no son super-mujeres!!!

La numeraria auxiliar:

  • está todo el día en casa con uniforme ( si esto no es una monja ...)
  • nunca puede acceder a encargos de formación y gobierno (hay alguna supercontada que lleva alguuuuuuuna charla de supernumerarias)
  • nunca puede cambiar de trabajo (hay alguna oficial de delegación, pero son la excepción)
  • a las jóvenes se les acompaña cuando van unos días a ver a su familia, y te quedas allí de mirona
  • sobre ellas recae el peso fuerte de las casas pequeñas muy a menudo administradas por numerarias que no teníamos ni idea, que no le dedican tiempo, que salen y entran en horas de trabajo sin justificar ante ellas sus ausencias (aunque sea por el mínimo respeto)
  • aunque sean quienes deciden sobre temas de trabajo ( porque si no deciden ellas los residentes no comen, por ejemplo) deben hacer ver que es la numeraria la que dirige el cotarro.
  • escuchan bonitas charlas sobre la Regulae Internae y ven cómo las directoras la incumplen con alegría desbordante (yo sobretodo he vivido lo de incumplir horarios de trabajo y no pasar sola de la residencia a la administración sino en grupo).
  • Decía el fundador que las numerarias cogen siempre los trabajos más desagradables y fuertes. Las nax ven con desconcierto que las directoras, muchas veces llevan las uñas pintadas de rojo bien vivo y no se les estropean nunca (lo que quiere decir que no la hincan)
  • En mis tiempos las auxiliares no tenían tiempo libre entre semana. El paseo era dirigido y la excursión también o coincidía con el encargo apostólico, así que ni una se despistaba un minuto de la mirada celosa de las numerarias y directoras. Hasta el deporte del curso anual era super controlado. (¡no te digo si alguna está en mal plan!)
  • Las auxiliares no iban jamás solas de compras
  • Las que vivían en casa pequeña salían solo para los medios de formación y el encargo apostólico. Estas administraciones no tenían cuarto de estar, ni sofás, ni luz agradable, ni una alfombra para no pisar una fría baldosa. Un día y otro día con otras dos o tres, sin salir, y con suerte si te llevabas bien con todas, sin periódico ni Tv, y recibiendo alegremente correcciones fraternas cada vez que estornudabas a deshora!!

Hay miles de detalles y no tan detalles. Ya hace mucho que me fui y se me van borrando los recuerdos. Pero quiero hacer ver que si nadie en la obra dispone de la mínima libertad, capacidad de decisión y pensamiento, mucho menos aun las numerarias auxiliares. Por tanto, si a una le da alegremente por encoger o desteñir la ropa de su verduga, a mi no me extraña nada (yo eso no lo he visto) Me parece que es el mínimo resorte para conservar la salud mental y dejar salir la rabia por algún sitio.

No nos echemos la culpa unas a otras sino “demos gracias al santo” que tuvo tan feliz idea.




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