Hijos en el Opus Dei/Ser un pequeño tornillo... en una gran maquinaria

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HIJOS EN EL OPUS DEI


SER UN PEQUEÑO TORNILLO... EN UNA GRAN MAQUINARIA

Una vez eliminado el "ego" del aspirante e incorporados en él unos nuevos contenidos ideológicos, éste ya está preparado para ser un eficiente tornillo en la maquinaria Opus Dei:

Nuestro esfuerzo será eficaz en la medida en que nos sepamos un pequeño tornillo en esta gran empresa de Cristo... sin la ruinosa contemplación de nuestro propio ego" ("Crónica", agosto 1955).

Al tornillo recién manufacturado sólo le queda una cosa: ser instalado en la máquina, es decir extraer del joven el ¡sí quiero! de su incorporación definitiva a la institución.

Esta etapa es la más ardua del proceso. Constituye el salto en el vacío que ha de dar el aspirante. Para ello el candidato se verá enfrentado en primera instancia, con un muchacho que haya "pitado" (ver Glosario de terminología empleada en el Opus Dei) recientemente y que, haciéndole partícipe de su propia experiencia, le animará para que también se atreva a emprender esta aventura.

¿Por qué no te entregas a Dios de una vez.., de verdad... ¡ahora!? (Camino, punto 902).

Si el primer intento es infructuoso será el propio director espiritual el que le conmine a "dar ese salto en el vacío para caer en los brazos amorosos del padre Dios". Si aún así el muchacho se muestra reticente, se le enviará a hablar con el director del propio centro, que generalmente le pondrá en una disyuntiva:

-Dios te está llamando ahora. Así pues, elige entre dar un sí o un no a Dios. El te pedirá cuentas de tu decisión.

Ante este ultimátum el adolescente, que ha sido programado en la lealtad y fidelidad al mensaje evangélico, al estar convencido de su miserable condición humana y creer que su única tabla de salvación, Dios, puede desentenderse de él si responde negativamente, no tiene más remedio que dar su "si".

Según John Roche:

La habilidad para encontrar el momento propicio para la crisis vocacional, y el saber conducir al joven hacia una exitosa decisión representa la forma más depurada del arte apostólico en el Opus Dei. Para provocarla el numerario encargado del joven debe obtener el consentimiento del director de la casa, que discute el asunto en un consejo local en presencia del sacerdote responsable. La totalidad del proceso es cuidadosamente planeado por el sacerdote y el seglar. Ello implica frecuentes, largas e intensas conversaciones con el muchacho de San Rafael en las cuales se emplea cualquier posible recurso de persuasión humana y religiosa para convencerle de que Dios le está llamando ahora para que se incorpore a la Obra, y de no ser así le estaría dando la espalda a Dios, y arriesgaría seriamente su eterna salvación. La persona próxima a "pitar" es, por supuesto, sometida a una tremenda presión emocional, moral y religiosa, acompañada habitualmente del temor. (Roche, John: "Winning recruits in Opus Dei: A Personal Experience", publicado en "The Clergy Review" (La revista del clero) en octubre de 1985. John Roche es sacerdote ex numerario del Opus Dei).

Una vez que el joven ha decidido incorporarse a la Obra, el director pondrá en sus manos papel y pluma para que realice formalmente esta petición al padre. Es entonces cuando se le explica la mayoría de las obligaciones que conlleva su incorporación. Tras el costoso paso de gigante inicial, es difícil que el muchacho se vuelva atrás ante la larga retahíla de normas y costumbres que le irá detallando su director espiritual.


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