Catecismo de la Obra: capítulo 'Salida'

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Por Dúo Dinámico, 1 de marzo de 2004


Pensando a los fieles de la Obra que se hacen preguntas sobre su pertenencia a la Prelatura, o a quienes hayan dejado la Obra y siguen con dudas de conciencia, queremos publicar los puntos del Catecismo de la Obra que hacen referencias al proceso de salida, haciendo también algunos comentarios al respecto. Nos parece sumamente importante saber exactamente los derechos y deberes que se tienen en esas circunstancias muy peculiares de la vida de uno. Esta clarísimo para nosotros que cada persona tiene como primer deber buscar la voluntad de Dios para su vida. Por eso, si a uno le parece que se equivocó cuando ha pedido la admisión en la Obra (cualesquiera que sean las razones), tiene que buscar con mucho cuidado cual es la voluntad de Dios para él mismo, cual es su camino de vida cristiana y actuar en consecuencia.

Lo primero en esas circunstancias es ahondar en la oración, buscarse algún lugar donde uno llega realmente a rezar frente a Dios, en el fondo de su conciencia para tratar de entender lo que Dios le está pidiendo para su vida. Es importante que aspectos secundarios (amistades con otros de la Obra que se podrían perder, posible perdida del trabajo, el miedo de tener que rehacer su vida, etc.) no vengan a interferir en la toma de una decisión tan importante (aunque puedan interferir en el proceso, como por ejemplo buscarse otro trabajo antes de pedir la salida de la Obra), y también es importante tomar el tiempo necesario para llegar a tomar una decisión (seguir en la Obra o pedir la salida).

Ese tiempo depende de cada persona y de la capacitad de encontrarse de verdad a solas con Dios. Puede ayudar el hecho de pedir consejo a otras personas, pero está clarísimo que es una decisión sumamente personal; no hay nadie que pueda tomar este tipo de decisión para otra persona. Allí, puede ayudar buscar el consejo de algún sacerdote o laico que nos entienda de verdad y nos respete (que no nos vaya a meter más presión en la conciencia, pero simplemente para que nos ayude a aclararnos y nos ayude a buscar la voluntad de Dios para nosotros). Hay muchas personas así en la Obra, pero hay que buscarlas (también para eso están disponibles los Orejas de Opuslibros o algún buen amigo que nos comprenda). Por eso, es también importante llegar a tener la suficiente libertad interior para llegar a este tipo de decisión (repetimos: sea quedarse o irse. Aquí no estamos para hacer que alguien se vaya de la Obra. Pero si alguien busca otros elementos de reflexión y eso le ayuda a encontrar lo que Dios espera de él, tratamos de darle puntos de referencia que le permitan tomar una decisión más ponderada).

También queremos añadir comentarios a ciertos puntos que no nos parecen adecuados y que, a nuestro parecer, sería muy bueno que cambiaran.

Parte 1 : Capitulo V: Salida de la Obra (qq 77-85)

77) Pregunta :¿De qué modo conduce el espíritu del Opus Dei a la perseverancia de sus fieles?

Respuesta: El espíritu del Opus Dei conduce a que la perseverancia de sus fieles sea, en todo momento, la consecuencia del deseo constante de servir libremente al Señor y de buscar la santidad propia y la ajena.

Letra pequeña: De este modo, cada uno siente la responsabilidad de que si persevera en la Obra es porque ejercita su propia libertad -in libertatem gloriae filiorum Dei-, sin que sea posible ninguna coacción. Por eso, si algún miembro desistiera de perseverar, se le ayudaría con todo cariño para que reaccionara; si, a pesar de esa ayuda, abandona la vocación, se le procura atender espiritualmente y, si lo desea, se le puede nombrar de Cooperador. Otra consecuencia de este espíritu es no dejar que se pierda para el apostolado y, en lo posible, para la vocación, ningún alma que se acerque a la Obra.

Un aspecto muy sorprendente de este punto del Catecismo es que no deja ningún espacio para la posibilidad de que una persona hubiera podido equivocarse al pedir la admisión en la Obra. Al contrario, se dice 'si, a pesar de esa ayuda, abandona la vocación'. Por lo que, según los autores del Catecismo, las personas de la Obra que se van, están abandonando su vocación. No existen otras explicaciones. De ser así, no es de extrañar que los directores hagan tanta presión para que la gente no salga de la Obra, para que la gente no se alejen de su camino, ya que -siguiendo este razonamiento- después de haber pedido la admisión, seguir en la Obra se convierte como único camino para vivir su vida cristiana. Ya no hay otro camino valido. En consecuencia, los directores piensan tener el deber de decirlo así a los que dudan, porque si no lo hicieran así, tendran que dar cuentas a Dios en el día de su juicio por la ayuda -o la falta de ayuda- que hayan proporcionado.

Es interesante darse cuenta de esto porque explica la fuerte presión que se pone sobre las almas. Y, además, se hace con buena intención. Eso indica como realmente es el aspecto institucional el que prevalece sobre la busqueda del bien de las almas. Explica también que esa presión sobre la conciencia puede venir de personas (directores) amigas porque piensan que hacen lo mejor para la persona, pero el mismo tiempo están incapacitadas para escuchar a la persona que duda. Si el único punto de partida para razonar es que uno tiene la vocación, una vez que alguien haya pedido la admisión -y todavía más si llego a hacer la Fidelidad-, entonces lo único que cuenta es el deber de fidelidad, no hay posibilidad, no hay espacio para el diálogo, para tratar de explicitar el porqué de las dudas. Toda duda y razón quedarán en segundo plano frente al deber de fidelidad para seguir en la Obra como única manera de seguir su vida cristiana.

En la misma linea va la última frase de este punto. También en el apostolado, hay que procurar que todas las almas se acerquen a la Obra y, en lo posible, piden la admisión. Siempre porque se piensa que eso es lo mejor para las almas (cfr. el escrito de don Antonio Ruiz Retegui 'Lo mejor'). De nuevo, no se busca lo que conviene a cada alma, sino más bien que acaben por pedir la admisión porque eso es el mejor camino de vida cristiana. No vamos a alargarnos en este punto ya que lo hemos tratado largamente en el escrito sobre 'Los Faroles'.

Por último, deseamos sugerir una nueva redacción del punto del Catecismo citado ya que nos parece que dada su estructura sintáctica causa las confusiones anteriomente dichas.

Pensamos que para que los términos "conducción" y "abandono de la vocación" no se malinterpreten, y para que se deje totalmente claro que la perseverancia es una cuestión de absoluta libertad, quizá se podría decir algo tan sencillo como:

¿De que modo invita el espíritu del Opus Dei a la perseverancia de sus fieles?

El Opus Dei, conforme su espíritu, invita a que la perseverancia de sus fieles sea consecuencia de su deseo personal, libre y constante de servir al Señor y buscar la santidad propia y ajena en ese camino particular.

Y se aclararía a pié de página: Todos los fieles gozan de total libertad para dejar la institución conforme lo dicte su conciencia. A quienes tengan dudas vocacionales se les brindará con cariño, respeto y considerando sus circunstancias personales, toda la ayuda espiritual necesaria para que aclaren su situación y puedan decidir prudentemente conforme lo que Dios pida a cada uno. A quienes opten por salir se procurara atenderlos espiritualmente y, si lo desean, se les puede nombrar cooperador.

De esa manera no se confunde la "conducción" del "espíritu" por encima de la libertad personal para continuar o no en la institución. Además, queda de manifiesto que la libertad y gloria de los hijos de Dios -su autodeterminación activa a amarle y amar a los demás por Él- se puede vivir igualmente en el camino de la Obra o fuera del mismo.

78) Pregunta: ¿Pueden dejar la Obra los fieles que todavía no han hecho la Oblación ? [Nota : la Oblación es la primera incorporación juridica que se hace en la Obra, después de al menos un año y medio de la pedida de admisión o a los 18 años para los que pidieron la admisión como aspirante antes de los 16 años y medio].

Respuesta: Los fieles que todavía no han hecho la Oblación pueden, en cualquier momento, dejar la Obra; y el Prelado o el Vicario Regional pueden también disponer la salida de esos miembro, si no los encuentran con las aptitudes oportunas.

Este punto y los siguientes relativizan un poco el anterior, ya que queda más claro que hay libertad para salir de la Obra. En el caso de los que no han hecho la Oblación es lo más facil. Es suficiente decir a los directores que uno ya no quiere seguir en la Obra y queda automaticamente fuera. No hace falta esperar ninguna respuesta por parte de los directores. Pasa lo mismo por parte de las autoridades de la Obra. Pueden decidir en cualquier momento que alguien no tiene que seguir (porque no tiene las condiciones idóneas y entonces eso sería un signo que no tiene vocación).

Sin embargo, es experiencia común que los directores no tan fácilmente van a dejar que alguien salga de la Obra si ellos no lo ven, y que van a tratar de 'hacerle reaccionar' como se dice en el punto 77. Por eso, aunque se diga que los fieles de la Prelatura que no han hecho la Oblación tienen el derecho de dejar la Obra, no se lo facilitarán si los directores no lo ven así.

Uno tendrá que dejar claro que su decisión es firme e irrevocable, porque los directores aprovecharan cualquier vacilación para tratar de hacerle volver sobre su decisión (siempre buscando lo que piensan es 'lo mejor' para un alma, es decir seguir en la Obra).

Sabemos que por ese motivo muchos se han quedado en la Obra durante años y años a pesar de que veían que no era su camino, que veían que no iban a vivir toda su vida en la Obra. Esto a la larga es dañino y destructivo tanto para la persona que persevera sin quererlo en conciencia, como para la Obra.

79) Pregunta: ¿Qué conviene hacer si, antes de su incorporación a la Prelatura, se ve que una persona no debe seguir como Numerario o Agregado?

Respuesta : Si, antes de su incorporación, se ve que una persona no debe seguir como Numerario o Agregado, pero tiene vocación a la Obra, puede quedar como Supernumerario.

Antes de la Oblación, existe la posibilidad de pasar de Numerario o Agregado a Supernumerario, en el caso que los directores lo "vean conveniente". Lo puede pedir el interesado, pero normalmente (si los directores no lo ven así y que les parece que tiene las condiciones para seguir como Numerario o Agregado) lo más probable es que se le dirá que es una falta de generosidad y se le denegará el permiso.

Aquí lo interesante está en que algunos directores de la Obra no suelen aceptar la "alternativa" por parte del interesado siendo uno de sus derechos si tiene la "vocación al Opus Dei". Y el punto está en que no se trata solo de lo que los directores "vean" sino también de lo que el interesado ve en su conciencia.

El argumento utilizado para denegar el cambio generalmente es el antedicho: si uno tiene las "cualidades" para ser numerario o agregado ¿por qué ser tan poco "generoso"? Ese razonamiento puede terminar siendo un abuso de autoridad espiritual que impone externamente un modo de vida. La vocación no es sólo cuestión de las "condiciones" que se perciban desde fuera, sino también de lo que el interesado con rectitud de conciencia ve cara a Dios. Además, nos parece despectivo respecto la condición de los supernumerarios, porque entonces sería ver su vocación como algo de menor "rango", siendo que en principio en la Obra todas las vocaciones son iguales -excepto en cuanto a la disponibilidad de tiempo para determinadas funciones de gobierno y actividades apostólicas-, pero la generosidad hacia Dios es la misma ya que en principio todos toman del "mismo puchero".

Una persona puede perfectamente tener "vocación a la Obra" y haberse equivocado al inicio respecto la "concreción" de ese llamamiento, y pedir el cambio a supernumerario conforme conoce de qué va la vida de numerario o agregado y se da cuenta que el modo de vida, la aplicación de la praxis, rebasarán sus capacidades o no son lo que esperaba ni quería como medio de santidad "en medio del mundo". "Conducirlo" o sugerirle que "tiene condiciones" o que optar por otra cosa sería "falta de generosidad" puede violentar su conciencia y "obligarle" a seguir por el miedo o deseo de no fallarle a Dios, pero eso tarde o temprano terminará rompiéndolo por dentro precisamente porque internamente no era lo que deseaba ni podía realizar.

Parte del problema también viene en que en los medios de formación iniciales no se habla claramente de la opción. Quizá se explique y se mencione alguna vez, pero no se repite continuamente que uno tiene libertad para otra cosa. Más bien se repite por todos los medios posibles, conforme la "psicología del anuncio", que la vocación es eterna, que Dios la quiso "desde antes de la constitución del mundo" para cada uno; que Dios no "hizo una silla para ponerla patas arriba y utilizarla de perchero"; que no se puede "mirar atrás y dejar el arado"; que Dios requiere "almas, almas de apóstol" para Él y para su gloria; que la "fidelidad es felicidad" -entendiendo por fidelidad la permanencia como numerario o agregado-; que quien se salga de la "barca de la Obra" se perderá; etcétera.

No negamos la existencia de la vocación ni la posibilidad de realizarse conforme el camino de la Obra. Lo que cuestionamos es que no se hable más de que existen otras opciones -y entre ellas la libertad de dejar la Obra con toda paz interior- y que no se enuncien con la misma frecuencia que los otros mensajes (cosa que debería hacerse cuando menos hasta que se opte por la incorporación definitiva -fidelidad-).

80) Pregunta: ¿Pueden dejar libremente la Obra los fieles incorporados a la Prelatura?

Respuesta: Los fieles incoporados temporalmente a la Prelatura pueden libremente abandonar la Obra, una vez pasado el término para el que hicieron la Oblación.

Letra pequeña: En cambio, si alguno desea salir voluntariamente antes de cumplirse este plazo, o después de haber hecho la Fidelidad, necesita la dispensa que exclusivamente puede ser concedida por el Prelado del Opus Dei.

Otra vez, se indica claramente que cada fiel de la Prelatura es libre para dejar la Obra si lo quiere. En el número 78 se decía para los que no han hecho la Oblación, aquí para los que han hecho la Oblación o la Fidelidad. La diferencia está en el momento en que juridicamente se puede dejar la Obra. Para los que han hecho la Oblación pero no la Fidelidad, lo más facil es de salir de la Obra el 19 de marzo, cuando normalemente se tiene que renovar, ya que el término del que se habla es para todos el 19 de marzo. Es suficiente no renovar ese día para quedar automaticamente fuera de la Prelatura.

Si se quieren evitar situaciones confusas en relación con la perseverancia que plantean con coacción algunos directores, es mejor decir antes que se piensa no renovar. Si no se hace así o si uno esta dudando, lo más probable es que aprovecharán la situación para tratar de que se siga en la Obra por un año más. Eso es posible para uno que no haya renovado el mismo 19 de marzo 'sanando' la renovación, es decir que los directores pueden otorgar el permiso para renovar, aunque no se haya hecho el mismo día 19.

Así que si alguien no quiere renovar, lo más simple es decirlo antes (ya se sabe que el diálogo con muchos directores no será facil y que en varias ocasiones tratarán de poner dudas de conciencia como explicamos en el comentario al punto 77), no renovar el mismo día, y para que no quede ninguna duda informar al día siguiente que no se ha renovado (o hacerlo por carta, e-mail o mensaje al móvil del director…). Si tratan de decir que no es valida la 'no renovación' por no haberlo dicho el día mismo a los directores, están tratando de engañar porque no existe la 'no renovación'. O se renueva o se queda automaticamente fuera de la Obra.

Para los que han hecho la Fidelidad o que quieren irse antes del 19 de marzo, está previsto que se puede pedir la dispensa al Padre. Al parecer -y viendo los diversos casos que se contaron en esta web- no hay plazos fijos para obtener esa dispensa. Para algunos se retraso durante más de tres meses, para otros fue menos de un mes. En el caso de María del Carmen Tapia la dispensa fue directa, pero es un caso bastante particular, ya que fue nuestro Padre en persona que le dijo que pidiera la salida. Por eso, si alguien no ha hecho la Fidelidad, nos parece que lo más simple es esperar al próximo 19 de marzo. Si es numerario o numeraria, puede pedir permiso para dejar de vivir en el centro (la anteriormente llamada "dispensa de vida en familia") e irse adaptando a la vida ordinaria. El 19 de marzo siguiente no tendrá nada que hacer y quedará automaticamente fuera de la Obra.

Cuando se ha hecho la Fidelidad, el único camino de salida légitima es pedir la dispensa de los compromisos. La Prelatura puede hacer esperar la respuesta pero nunca lo puede denegar. Si lo hace en algún caso, el fiel tiene el derecho de introducir su causa al tribunal de la Prelatura (el tribunal de apelación es el tribunal del Vaticano), pero solamente con aludir a eso, creemos que se dará la dispensa rápidamente, porque la Prelatura no quiere complicarse la vida. Además que, según nuestro conocimiento, el tribunal de la Prelatura es una cosa puramente ficticia. Nunca se hizo ningún proceso. Este tribunal sirve solamente para que la estructura de la Prelatura se parezca más a las Diocésis (de puertas para afuera).

Hablaremos de la salida legítima en comentarios más adelante.

81) Pregunta: ¿Puede la Autoridad del Opus Dei determinar directamente la salida de un fiel incorporado a la Prelatura?

Respuesta: En algunos casos, la Autoridad del Opus Dei puede determinar directamente la salida de un fiel incorporado a la Prelatura; concretamente, denegándole el permiso para renovar la Oblación; o, en otros casos, decidiendo, según derecho, su salida de la Obra.

Letra pequeña: Puede denegar el permiso para renovar la Oblación, por justas causas, el Vicario Regional. Por causas justas, el Padre, o el Consiliario en su circunscripción -con voto deliberativo de su propio Consejo o de la Asesoría respectiva- pueden decidir, según derecho, que un miembro salga de la Prelatura antes de cumplirse el plazo para el que hizo su Oblación o después de haber hecho la Fidelidad. Causa suficientemente grave para decidir la salida de un miembro que esté incorporado al Opus Dei, es la falta del espirítu propio de la Obra, que constituya motivo de escándalo para los demás, o cometer faltas externas y graves, de la misma especie o de especies diversas, contra la legítima autoridad de la Iglesia, contra la moral cristiana o contra el espíritu de la Obra; y que, después de dos advertencias formales, no se corrija. Si es necesario decidir la salida de un miembro de la Obra, se hace con la máxima caridad; pero antes se aconseja que pida espontáneamente la oportuna dispensa.

Aquí, se detalla los derechos de la Prelatura para decidir la salida de algún fiel. Es lógico que la Prelatura tenga también ese derecho ya que el lazo entre la Prelatura y el fiel es un contrato. Los dos tienen el derecho de romper el contrato. Normalmente, la Prelatura utiliza este derecho sobre todo para denegar la renovación de algún fiel el 19 de marzo.

Como varios testimonios lo han demostrado, eso ocasiona un fuerte shock psicológico en los interesados porque muchas veces ellos no quieren salir de la Obra. Las razones acostumbradas para esa decisión son sobre todo si uno no llega a vivir las normas y costumbres de la Obra (apostolado, nivel de estudios en caso de numerarios que no consiguen aprobar en la universidad, etc.)

82) Pregunta: ¿Qué efectos jurídicos produce la salida legítima del Opus Dei?

Respuesta : La salida legítima del Opus Dei lleva consigo el cese del vínculo que se estableció entre la Prelatura y la persona interesada; y, por tanto, también de los derechos y deberes correspondientes.

Segun derecho, la salida légitima es la que sigue una de las formas que se ha tratado en los puntos previos. En caso de salida légitima, el fiel de la Prelatura ya no tiene ninguna obligación, ni derecho con la Prelatura. En caso que alguien no haya pedido la dispensa (después de haber hecho la Fidelidad, ya que en otros casos, es suficiente esperar al 19 de marzo) o todavía no la ha recibido, tendría que hacerlo para que jurídicamente ya no tenga nada que ver con la Obra.

Aunque sabemos que el "proceso de salida" suele ser doloroso y difícil, y que en ocasiones implica fuertes confrontaciones con directores, sugerimos que se pida formalmente la dispensa y se insista hasta adquirirla. Ello a la larga brinda tranquilidad interior dado que no queda duda alguna de que todos los vínculos con el Opus Dei cesaron.

Un problema que se presenta y causa conflictos morales fuertes es que, una vez solicitada la dispensa, la Obra no acostumbra indicar el tiempo en que será otorgada. Ello debe ser revisado en la Prelatura para no orillar a los fieles a conflictos de conciencia. Y al miembro que ha decidido salir le recomendamos no conflictuarse en exceso, procurar vivir como buen cristiano mientras comienza una vida normal de reinserción al mundo real, buscar ayuda espiritual externa, e insistir incesantemente hasta obtener la dispensa. Posiblemente no se logre mayor diálogo con los directores, pero sí se puede insistir en el derecho de salida y de comenzar a actuar con libertad para reconstruir la propia vida.

83) Pregunta: ¿En que situación quedaría un miembro incorporado a la Obra que abandonase su vocación, sin haber obtenido previamente la dispensa necesaria?

Respuesta: Según la moral cristiana, el miembro incorporado a la Obra que abandonase su vocación, sin haber obtenido la dispensa necesaria, pecaría mortalmente, como cualquier persona que incupliera un compromiso en materia grave.

Este punto dice claramente que si alguien se va sin pedir la dispensa queda en estado de pecado mortal. Sin embargo, recordamos que para que haya pecado mortal, es necesario no solamente la plena advertencia de lo que se hace y consentimiento, pero también materia grave (cfr. Catecismo de la Iglesia Catolica n°1857 y siguientes).

De ahí que a nosotros nos queda la duda de que si alguien, en conciencia, no piensa hacer nada malo saliendo de la Obra ¿por qué por su manera de salir queda directamente en pecado mortal?

Además, en caso de duda de conciencia, siempre podrá pedir la dispensa más tarde si lo quiere (si no es que ya antes decidieron otorgarla los directores).

De nuevo, el nucleo está en el 'abandono' de su vocación. Si uno piensa en conciencia que no tiene vocación, los compromisos quedan vacíos de contenido. Pero no estamos aconsejando el no pedir la dispensa (al contrario) sin embargo nos gustaría llamar la atención sobre que la conciencia está siempre por encima de aspectos formales y jurídicos.

Por el contrario, si alguien piensa que tiene la vocación, pero por falta de generosidad o por otras razones pide la salida siguiendo los pasos légitimos (es decir previstos por el derecho interno de la Prelatura), quedaría con una falte grave porque estaría actuando en contra de su conciencia, lo que no se puede hacer según la moral cristiana.

De todas formas se ha de recordar que alguien que tenga dudas de conciencia para saber si ha hecho algo mal saliendo de la Obra, tiene siempre la misericordia de Dios en el Sacramento de la Reconciliación. Misericordia de Dios que es infinita y está siempre disponible para perdonarnos cualquier falta, por grave que sea. Como es bien sabido, el único pecado que no puede ser perdonado es el pecado contra el Espíritu (es decir el no reconocer a Dios y a su misericordia). Y, aunque la Obra tiende a verlo así, salirse de la Prelatura no es ningún pecado contra el Espíritu divino. La misericordia de Dios es mucho grande que la de los hombres y de las instituciones humanas. Es suficiente recordar la magnifica parabola del Hijo Pródigo para enterarse de lo que es realmente la misericordia divina.

84) Pregunta: Si un fiel sale de la Obra, ¿tiene derecho a pedir alguna compensación económica?

Respuesta : Si un fiel sale de la Obra no tiene derecho a pedir compensación económica alguna por los servicios que en la Obra haya prestado, ni por las donaciones o limosnas que haya hecho.

Uyy, creemos que casi no hacen falta comentarios. Es evidente la falta de caridad y, más grave todavía, la falta de la más mínima justicia.

Pero para que queda todavía más claro, es suficiente pensar en los fieles de la Prelatura que han pasado toda su vida en labores internas. Para concretarlo, se puede ver el caso de Maque que describe en su testimonio. Se ha ido de la Obra después de 27 años en los que siempre ha trabajado en labores internos (como Administradora o Directora de centros). Nunca ha tenido seguros sociales -estamos hablando de alguien de España, no de un país de África donde eso a veces ni existe-, no tenía ningún tipo de experiencia profesional que se pueda valorar en un Curriculum Vitae, obviamente, no tenía ahorros porque todo lo que ganan los numerarios y agregados se deja en la caja del centro. Y así se encuentra en la calle. Y ¿Qué es lo que tiene previsto la Obra para ayudar a una persona así que dejo la piel para hacer el Opus Dei durante tantos años? "No tiene derecho a pedir compensación económica alguna". No tiene derecho al paro, no se ha cotizado para su jubilación, pero da igual, la Obra no quiere hacerse cargo de nada. Y, si sus padres tampoco la acogen o ayudan y no tiene trabajo, da igual, ya no es el problema de la Obra.

Eso es solamente para dejar constancia de un caso concreto que todos hemos leido, pero claro está que no es un caso único. Pasa lo mismo con todos los que se han ido. Algunos recibieron ayuda de su familia o tenían un buen sueldo, pero para mucha numerarias auxiliares, muchas numerarias y numerarios, agregadas y agregados (sobre todo los que tenían trabajos internos o estaban en un trabajo relacionado con la Obra y que tienen que dejar por el hecho de irse de la Obra), se encuentran en la calle sin un duro y así tienen que reempezar su vida.

85) Pregunta: ¿Como se han de comportar los fieles del Opus Dei con los que no siguen adelante en su vocación ?

Respuesta: Los fieles del Opus Dei procurarán que no se alejen de Dios, ni del calor de la Obra, los que no siguen adelante en su vocación.

Letra pequeña: Si se ha de evitar que nadie que se acerque a la Obra se separe de la labor apostólica, con mayor razón se intentará que no se alejen quienes, con rectidud de intención y deseo de servir a Dios, pidieron la admisión.

Después del trato 'económico' que se hace con los ex-miembros, queda un poco risible que la Obra diga que quiere ayudar a sus ex-fieles para que no se alejen de Dios. Si se empezara por la caridad más elemental, quizás sería un poco más creíble su afán de ayuda espiritual a sus ex-miembros. Pero bueno, sí es verdad que, suponemos que a todos, se ofrece la ayuda espiritual a los que se van. Pero eso, siempre se hará a escondidas, en iglesias públicas y no en los centros. O sea que será siempre puramente espiritual y para los que quieren seguir viviendo este tipo de espiritualidad.

Porque al mismo tiempo abundan los testimonios de mucha gente a quien los fieles de la Obra dan la espalda y no quieren saber nada de los 'traidores' a la causa -y todavía más si uno se atreve a decir lo que piensa y lo que ve que se tendría que cambiar en la Obra. No es una casualidad que muchos de los que escriben en esa web prefieren hacerlo en el anonimato.

Sin embargo, en honor a la verdad, hay también que decir que algunos fieles de la Prelatura siguen con un trato amistoso con ex-miembros, como se ve en algún correo que envían a la web. Pero eso concierne sobre todo a los que aceptaron quedar de cooperador. Y allí, también sería interesante conocer la proporción de los miembros de la Obra que actuan así y que nos parece ser una pequeña minoría, no porque la gente de la Obra sea mala gente, pero porque no se hace, aunque se diga que hay que hacerlo.

Quizás la letra pequeña hace justamente referencia ('los que actuaron con rectitud de intención y deseo de servir a Dios') a los que desmustran esa rectitud de intención aceptando ser nombrado cooperador. Bueno, que nos disculpen esa pequeña ironía y que todo lo expuesto motive a la reflexión.


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